María Azucena Murillo revivió todo el dolor que ella soportó por culpa de unos supuestos prestamistas gota a gota, al enterarse que a una adulta mayor la torturaron para cobrarle una deuda.

A un hijo de doña María Azucena, Jeison Quesada Murillo, de 23 años, lo torturaron y mataron en un mirador en San Rafael de San Ramón, Alajuela, justamente este caso en la actualidad está en juicio en el Tribunal Penal de Grecia, Alajuela.

Para esta madre es doloroso saber que las personas se aprovechan de la necesidad de otros, pero agradece que las autoridades estén detrás de los responsables de tanto dolor, ella le insiste a las personas no caer en esas trampas por más necesidad que tengan.

“Uno siempre quiere justicia, pero el daño ya está hecho, en mi caso nadie me devolverá a mi hijo”, señaló está madre.

Y es que el OIJ y el Ministerio Público informaron que a una adulta mayor de 67 años la habrían torturado por un préstamo que, al parecer, había adquirido un hijo.

La señora regresaba de una cita médica e iba caminando cuando, en apariencia, bajo amenazas la obligaron a montarse a un carro y la llevaron a un lote baldío, donde la golpearon con un arma y le provocaron descargas eléctricas y le taparon el rostro con una capucha.

De acuerdo con la Fiscalía a la víctima la bajaron en una zona fría y ahí le preguntaron por su hijo.

Los sospechosos de este salvaje hecho son dos hombres de apellidos Fernández Pérez, de 37 años, y Castro Zúñiga, de 38.

A ellos los detuvieron la mañana de este viernes 28 de julio mediante dos allanamientos que realizaron en calle La Canoa en San Miguel y en Los Ángeles, ambos en Santo Domingo de Heredia.

Estos sujetos son investigados por privación de libertad, amenazas y agresiones en contra de la adulta mayor.

De acuerdo con el OIJ, la agresión ocurrió el 9 de mayo anterior, la Fiscalía insiste que fue el 9 de marzo pasado pasadas las 9 a. m. en Santo Domingo de Heredia.

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Intentaron meterse a la casa

El Ministerio Público maneja la versión de que los hombres le quitaron las llaves de la casa y la obligaron a decirles dónde vivía. Posteriormente, una persona aún no identificada llegó y se habría llevado las llaves, con el fin de comprobar que la víctima y su hijo sí vivían donde ella había indicado.

“Sin embargo, ese hombre no logró ingresar, por lo que continuaron ofendiendo y agrediendo a la mujer, pero, al parecer, uno de los hombres le dijo que pagara lo que debían y no la golpearían más”, señalaron en la Fiscalía.

Tras la agresión los tipos huyeron, la víctima pidió ayuda y luego denunció lo ocurrido, de esta manera fue que las autoridades determinaron que Fernández y Castro son sospechosos de este caso.

“El móvil que habría mediado en este hecho, se presume, fue una deuda que mantenía un familiar de la ofendida con los sospechosos por los aparentes préstamos gota a gota”, dijeron en el OIJ.

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En los allanamientos decomisaron 11 armas de fuego (cuatro pistolas, cuatro AR-15, una escopeta, una carabina y un rifle de precisión) además de municiones. También tenían camisas de la Policía de Migración, esposas que, en apariencia, pertenecen al Ministerio de Seguridad Pública.

Este caso lo mantienen bajo investigación, dentro de la causa 23-003336-0059-PE.

Las autoridades le piden a las personas denunciar si son víctimas de estas agresiones, muchas veces los sospechosos atacan a los familiares cercanos de los deudores para presionarlos.

Los prestamistas que ofrecen créditos gota a gota son los que solo piden cédula, ofrecen sus servicios pegando anuncios en los postes y en los que subrayan que no es necesario un fiador o contrato, luego cobran con intereses altísimos que muchas veces son imposibles de pagar.