Una madre pide al Patronato Nacional de la Infancia (PANI) que le devuelva a su hija de 12 años, a quien tiene en un albergue de Puriscal.

La mujer, quien pidió no publicar su nombre, dice no tener ni un minuto de paz porque sostiene que días atrás la niña fue víctima de abuso por parte de un funcionario del propio PANI y teme que se repita.

“No entiendo porqué si llevaron a mi hija para protegerla y ven que no fueron capaces de cuidarla, no me la dan para que yo me la lleve para mi casa.

“En el PANI me dijeron que deben hacerme un estudio para ver si soy apta para cuidar a mi hija, pero desde que ella está en manos de ellos yo no puedo dormir”, aseguró la mamá.

Hace ocho años la madre de la chiquita se fue a vivir a Panamá por cuestiones laborales y personales. La niña se quedó en Costa Rica con el papá.

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La mujer dice que durante todo el tiempo que ella estuvo en el extranjero el papá de la menor de edad no le permitió conversar con ella.

“Hace dos meses regresé a Costa Rica y estoy viviendo con mi hijo de quince años. El nueve de octubre pasado mi hija consiguió mi número de teléfono y me llamó desesperada desde el centro de San José diciéndome que se había escapado de la casa del papá porque él la había maltratado y necesitaba mi ayuda”, relató.

Al parecer, el papá de la niña ya había tenido en el pasado citatorios con el PANI y procesos en su contra porque no trataba a la hija de forma adecuada. Al parecer, en varias ocasiones la chiquita contó en la escuela que la ponía a trabajar y pese a que la escuela mandaba reportes al PANI la situación nunca llegó a nada concreto.

Inició la pesadilla

El día que la pequeña llamó a la mamá desde San José, la señora fue de inmediato a recogerla para llevarla a su casa. Dice la madre que como ya era de noche no pudo informar a las autoridades de lo ocurrido, pero que al día siguiente –el 10 de octubre– fue a un albergue del PANI y contó todo lo que había pasado.

“La llevé ahí porque en ese lugar tenían conocimiento de la situación de ella. La idea mía era que me dieran la custodia legal para poder llevármela con tranquilidad a mi casa, pero más bien todo se complicó.

“Los funcionarios me dijeron que como yo venía llegando a Costa Rica tenían que hacerme un estudio y que mientras se la iban a dejar (a la niña) en un albergue que se llama Estrellita y ni me dijeron dónde estaba”, afirma.

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Como la niña llegó al albergue sin pertenencias el 11 de octubre un funcionario del PANI de apellido Hidalgo la llevó a ella y a dos varoncitos que también estaban en el albergue a comprar ropa a una tienda en Desamparados de San José.

La pequeña se probó un pantalón que le quedaba pequeño y, según la madre, el funcionario se le acercó con la excusa de ver si podía acomodárselo, pero lo que hizo fue tocarle las partes íntimas.

“Ella (la chiquita) contó en el albergue lo que ese hombre le hizo y a mí me citaron el quince de octubre para decirme lo que había pasado. Yo no lo podía creer, me aseguraron que a mi hija le estaban dando atención psicológica por lo que pasó y que al sospechoso lo habían enviado a un albergue para varones, como si con eso fuera suficiente”, dice la mamá.

“Los mismos trabajadores del PANI pusieron la denuncia contra el hombre (de apellido Hidalgo) que habría abusado de mi hija en el OIJ para que lo investiguen, pero ahora mi hija está en un albergue en Puriscal y no me dejan verla”, añadió.

“Todos los días me llama, tiene derecho a hablar conmigo cinco minutos y siempre se pone a llorar y me pide que la saque de ahí, dice que no se siente segura y yo ya no sé qué hacer para que me la den”, añadió.

Boris Acosta, abogado de la mamá de la niña, explica que pusieron un recurso de amparo para que le devuelvan a la mujer los derechos de tener a su hija.

“Ella fue de manera voluntaria al PANI… ahí secuestraron a la niña. Ante una situación donde una menor tiene la posibilidad de no estar en un albergue, lo más natural sería que el PANI ayude a que la niña esté en un núcleo familiar con su madre”, dijo Acosta.

La Teja envió este jueves a las 8 a. m. un correo electrónico al PANI con consultas sobre el caso, pero a las 4 de la tarde aún no había respuesta. Sí confirmaron que conocen el caso y que pusieron la denuncia contra el funcionario sospechoso del abuso sexual.

Al consultarle al Inamu una posición sobre el hecho dijeron: “es muy lamentable la situación de la violencia institucional que se agrega a las otras formas de violencia que sufren las mujeres cuando, en diferentes instituciones públicas se violenta o revictimiza a las mujeres que acuden a solicitar los servicios".

Destacaron la iniciativa del PANI de denunciar con rapidez al sospechoso.