Sucesos

Montador corneado: “Ya cuando uno está bien vuelve a lo mismo”

Yeam Carlos Cisneros estuvo a punto de morir el 27 de julio debido a una cornada

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Yeam Carlos Cisneros tiene 29 años y ya ha estado varias veces al borde de la muerte debido a la pasión que siente por los toros.

La última vez fue el 27 de julio en Santa Cruz de Guanacaste, donde un toro le pegó una cornada en el cuello y lo mandó muy grave al hospital. Tuvieron que hacerle dos operaciones para corregir los daños.

Desde que era un niño Yeam Carlos decidió seguir los pasos de un abuelos montador y desde entonces busca la oportunidad para hacerlo.

La Teja lo entrevistó para hablar de esa peligrosa pasión que lo mueve, de la recuperación y para saber si, pese a lo que le pasó, seguirá en lo mismo.

– ¿Qué lo hizo entrar al mundo de los toros y las montas?

Empecé en esto cuando tenía trece años, era algo que ya traía en la sangre. Primero me subía en los terneros y así me fue encantando todo eso.

Ahora cada vez que hay fiestas me llaman de los grupos de monta para que vaya y yo ni lo pienso porque es lo que más me gusta. Yo estoy en un grupo de Santa Cruz que se llama Los Bajureños y ando con ellos por todo lado.

– ¿Qué se siente montar un toro?

Se siente una pasión tan bonita, un orgullo enorme. Ya cuando uno está encima del toro no se escucha nada, ni los gritos de la gente, ni la música, ni el animado, nada; uno va concentrado en el toro, nada más.

Cuando termina la jugada y todo sale bien uno se siente feliz y muy orgulloso, lo importante es que a uno no lo golpee el toro.

Hacer esto es lo que más me encanta, yo tengo mi trabajito como agricultor, pero la monta la llevo en la sangre. A uno le pasan estos accidentes pero ya cuando está bien vuelve a lo mismo.

– ¿Qué recuerda del día del accidente?

Yo monte el toro bien y cuando pedí puerta el toro me jaló y como que me perdió en un momento, me golpeó en el casco y ahí perdí el equilibrio. Cuando me di cuenta ya estaba en el suelo, perdí la consciencia.

Me desperté en el puesto de la Cruz Roja, sentía que me estaba ahogando porque estaba botando mucha sangre, sentía temor de morir, pero le pedí a Dios que me ayudara a que todo saliera bien.

– ¿Es la primera vez que se lleva un susto de estos?

No, en noviembre del año pasado un toro me pateó el estómago en Corralillo de Nicoya. Esa vez me llevaron de emergencia al hospital y me operaron, estuve internado como quince días.

– ¿Qué le dice su familia cuando le pasan estas cosas?

Me pide que ya no monte más, pero qué va, ya cuando uno está en las fiestas y vive el ambiente no se puede resistir a la monta.

Yo tengo una hija de cinco años, se llama Valeria; mi compañera sentimental se llama Meizel y a ellas no les gusta que yo monte, cuando estoy en una corrida que pasan por tele prefieren ni verla.

– ¿En su familia hay más montadores actualmente?

Mi hermano Yeiner es montador también y tenía otro hermano que se llamaba Guillermo, que murió montando un toro. Cuando eso pasó para vengar la sangre yo pedí ese toro para montarlo, era el Borona.

– ¿Qué hace usted cuando está a punto de montar un toro?

Siempre me persigno y me encomiendo a Dios y a la Virgen para que todo salga bien, siento que eso es lo que me ha salvado la vida las veces que he tenido accidentes.

– ¿Qué le diría a alguien que quiere empezar a montar toros?

Le digo a la gente que tiene la inquietud de empezar a montar que mejor no lo haga porque ya por hacerlo una vez no van a poder salir de ese mundo.

Cuando uno pasa situaciones difíciles como la que estoy pasando ahorita, ahí sí es cierto que no quedan amigos ni nada, solo los familiares. Ellos son los únicos que no abandonan.

Al hacer una buena monta todo el mundo lo tira para arriba y lo felicita, pero en los momentos duros nadie se acuerda de que uno existe.

El martes de esta semana los médicos del Hospital del Trauma le operaron a Yeam Carlos la mandíbula porque la tenía dañada, le pusieron platinas y tornillos (que le quedarán de por vida).

El miércoles en la tarde a Yeam Carlos le dieron la salida del centro médico, él estaba ansioso de volver a su casa.

El montador dice que después de las experiencias que ha vivido está analizando la posibilidad de dejar definitivamente los redondeles, pero no es definitivo.

Rocío Sandí

Rocío Sandí

Licenciada en Comunicación de Mercadeo de la Universidad Americana; Periodista de la Universidad Internacional de las Américas, con experiencia en Sucesos, Judiciales y Nacionales. Antes trabajó en La Nación y ADN Radio.

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