Sucesos

Mujer testifica a favor del hombre que mató a su compañero sentimental

La testigo aseguró que era víctima de violencia doméstica y que el imputado la salvó

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La mujer aseguró que, gracias al sospechoso, ella y sus hijos están vivos. Foto: Rodolfo Martin (Rodolfo Martin)

Jéssica Jiménez Cordero llegó este miércoles al juicio por el asesinato de su compañero sentimental y lo hizo para declarar a favor del acusado.

Caleb Villalobos Aguilar está en juicio como sospechoso por el crimen de Roberto Menocal Fernández, de 29 años, la noche del 24 de diciembre de 2017 en el precario Kennedy, en Pensurht de Limón.

“Este hombre (el imputado) salvó mi vida y la de mis dos hijos. Ellos lo consideran su héroe. Ahora lo que siento es paz y alivio. Ya no experimento miedo, solo agradecimiento”, dijo sin titubear Jiménez a los jueces.

Ella acudió al proceso como testigo del Ministerio Público, que es la parte acusadora; sin embargo, su voz se elevó para defender al imputado. Jiménez convivió cuatro meses con Menocal.

El día del homicidio, todas las partes involucradas estaban celebrando la Navidad. Según Jéssica, su compañero era un agresor y ese día estaba bajo los efectos del licor.

Aquella noche Menocal se molestó porque su hijo de ocho años comenzó a llorar, pero eso fue porque él le había lanzado alcohol en los ojos al pequeñito y eso lo tenía con mucho ardor.

Cuando el hombre trató de golpear al niño, la madre se lanzó para protegerlo, pero perdió el equilibrio y cayó al suelo. Tanto ella, como su hija de 11 años, pedían ayuda a gritos ante los golpes y las patadas.

Supuestamente, en al menos dos ocasiones, Villalobos intentó hablarle a su amigo para frenarlo, pero él estaba fuera de control y le advirtió que no se acercará. Menocal amenazó con matarlos a todos.

Como las cosas no se calmaron, el acusado sacó un revólver, que horas antes le había quitado a Menocal, y lanzó un disparo al aire.

Según el relato de la testigo, Menocal gritó amenazas y se le tiró encima a Caleb para desarmarlo. Fue entonces cuando se produjo el forcejeo y se escucharon tres detonaciones.

“Vi cuando Roberto cayó, pero ya no supe nada más porque en lo único que pensé fue en agarrar a mis hijos y salir corriendo”, dijo la mujer.

Jéssica relató a los jueces que se escondió con sus hijos por unos minutos y luego pidió que llamaran al 9-1-1.

Confesión

Villalobos jaló entonces para la comunidad de Carrandí de Matina, donde le contó a un amigo lo que acababa de pasar: “Acabo de hacer algo que nunca quise hacer, pero tuve que hacerlo porque de lo contrario me mataban".

Ese amigo también testificó, pero no se dio a conocer su nombre, dijo que la noticia corrió rápidamente en finca La Maravilla, de donde ambos eran vecinos.

“Yo no podía creerlo porque (Caleb y Roberto) eran muy amigos. Ellos podían quitarse el pan de la boca para dárselo al otro”, expresó.

Fue también en ese lugar donde Jessica Jiménez había conocido a su compañero sentimental. Ella era la cocinera y él era un comensal.

Ambos compartían una vivienda desde el 1.° de diciembre, tras varios meses de relación. Menocal anunció luego que no trabajaría más en la finca y fue cuando al parecer comenzaron las agresiones físicas y psicológicas, más cuando había guaro.

“A lo largo de toda mi carrera como litigante jamás había conocido un debate en el que todos los testigos declaran a favor del imputado ”, dijo Juan José Picado, defensor de Caleb Villalobos.

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