Sucesos

OPINIÓN: Niños víctimas mortales del narco, “simples” daños colaterales

Hace rato estamos perdiendo esta guerra y aquí no pasa nada, como dicen los jugadores de la Liga Deportiva Alajuelense cuando los derrota Saprissa

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“Gatilleros tocaron fondo al matar niño”, tituló La Teja en su edición impresa de este martes, al informar sobre el presunto ajuste de cuentas que dejó a un chiquito de dos años fallecido y dos adultos heridos, la noche del domingo en la ruta 27, en Balsa de Atenas.

Esa es la versión inicial del director del OIJ, Wálter Espinoza.

El drama, ya de por sí desgarrador, pudo ser peor. Una niña de siete años y un niño de tres años sobrevivieron.

El ilegal negocio de las drogas nos golpea, y duro, desde hace muchos años en diversos frentes. Al consumo interno y a la desintegración de las familias hay que sumar que el asesinato de niños no es casualidad y se ven como daños colaterales.

En agosto del 2018, en Guararí de Heredia, un niño de 10 años murió mientras dormía, a causa de una bala perdida. En marzo del 2017, en Dondonia de Matama, Limón, un grupo de pistoleros que pretendía matar a José Manuel Kelly Rojas, conocido como Chitá, terminaron asesinando a dos niños, de cuatro y cinco años

En Cieneguita de Limón, en octubre del 2016, una balacera cobró la vida de un niño de 11 años que recibió un balazo en el cuello. A la lamentable lista se suma otro niño, de 10 años, baleado cuando jugaba en el corredor de su casa debido a un enfrentamiento entre policías y narcos.

En diciembre del 2010 una fiesta de la alegría terminó en luto por el asesinato de una escolar a causa de un tirotero entre narcos en Limoncito de Limón.

Si sumamos los intentos de infiltración narco en nuestras más sagradas instituciones, la batalla hace rato la estamos perdiendo. Y para políticos y diputados aquí no pasa nada, como dicen los jugadores de la Liga Deportiva Alajuelense cuando pierden.

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