Escuchar
Una familia herediana se siente indefensa, indignada y abandonada por la justicia después de que un juez declaró que no habrá juicio contra el sospechoso de abusar sexualmente de sus dos hijitos.
“Nos sentimos tristes y decepcionados de la justicia por dejar el caso de mis hijos en la impunidad, jamás esperamos que nos dieran la espalda y que fuera más fácil dejar por la libre al sospechoso, nos duele y duele mucho porque ahora tenemos miedo de que otras familias tengan que pasar por todo lo que pasamos nosotros”, dijo el papá cuyo nombre no revelamos por protección de los menores.
En la Teja habíamos revelado el caso de esta familia que tenía la esperanza de que el abuso sexual que sufrieron sus hijos, un niño de 10 años y una chiquita de 7, llegara juicio. La fiscalía había pedido el sobreseimiento del caso basado en los análisis que hizo una psicóloga forense, quien dijo que los niños no podían declarar porque tienen problemas de lenguaje.
El abogado de la familia afectada, Boris Molina Mathiew, apeló la decisión y esta era la última carta que tenían en busca de justicia, sin embargo, la jueza Orietta Zumbado rechazó la apelación.
Los abusos contra los niños habrían ocurrido entre octubre y diciembre del 2016. Al sospechoso de apellido Solano la familia de los menores le había dado posada en su vivienda en Heredia porque aseguró que tenía problemas con unos colombianos a los que les debía una plata.
Un día que los dos hermanitos se quedaron al cuidado de sus tíos, contaron que Solano les hacía cosas que nos les gustaban, que en las noches se pasaba al cuarto de ellos, entre otras revelaciones. Según lo que los pequeños dijeron a sus tíos, esas cosas ocurrieron varias veces y además los amenazaba con que si decían algo iba a mandar al papá de ellos a la cárcel.
Los padres interpusieron la denuncia, y fue cuando se dieron cuenta de que el hombre había llegado a Heredia porque le habían puesto medidas cautelares por otro caso de violación contra un niño especial en Santa Cruz, Guanacaste.
Ellos le dieron posada porque el papá de los niños y el sospechoso se conocían. Habían sido compañeros de trabajo en la zona sur, de donde es originaria la familia afectada.
La mamá declaró, también lo hicieron los tíos y los pequeños. En el expediente constan las dolorosas declaraciones de los menorcitos, y aunque tienen dificultades con la pronunciación de algunas palabras, con una lectura pausada se logra entender todo lo que narraron.
Sin embargo, la forense se mantuvo en que los niños no podían declarar aunque para una maestra de educación especial, que les hizo pruebas muy específicas a los menores, ellos sí podían hacerlo y tenían la capacidad de comunicarse, además se podían utilizar varios recursos para preguntarles lo sucedido.
“Nos sentimos defraudados porque le rindieron culto a los dictámenes de psicóloga forense, que fue lo único que necesitaron para resolver en este proceso penal, y queda en evidencia la flexibilidad de la justicia para las personas con alguna discapacidad", dijo Boris.
El abogado asegura que la jueza de apelación indicó que la familia pudo haber llevado una experta que hiciera un análisis sobre el informe de la forense y tal vez se pudo haber dado alguna discusión.
“Está es una familia trabajadora y humilde, un perito les hubiera cobrado una gran cantidad de dinero”, dijo el abogado.
El papá de los niños asegura que no descartan interponer un recurso ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
“Tenemos temor de que otros menores se conviertan en víctimas, a nosotros no nos quisieron escuchar, se quedaron en que mis hijos no podían declarar, la niña ya incluso la dieron de alta en terapia de lenguaje, el niño si la recibe todavía”, dijo el indignado papá.
Los papás no les han dicho a los niños que el hombre quedó en libertad porque temen que eso los afecte, incluso en la casa han buscado hacer distintas actividades con ayuda de psicólogos para que los pequeños vayan superando lo ocurrido.
