El regalo de Navidad que Kilian Ramírez Madrigal esperaba estrenar con ilusión terminó convirtiéndose en la ropa con la que su familia le dio el último adiós.
El próximo jueves 25 de diciembre se cumplirá el primer aniversario de su fallecimiento, y no hay día en que su recuerdo no golpee a sus seres queridos, en un país marcado por la violencia que le arrebató la vida.
Un padre que solo pide justicia
Edgar Geovanny Rojas Godínez, papá del niño, solo espera justicia por su hijo, quien pasó las últimas horas de vida junto con él y sus otros tres hermanitos.
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La noche del 24 de diciembre del 2024 se convirtió en la última que estuvo con vida. Ese día recibió una bicicleta que anhelaba y la ropa para estrenar al día siguiente.
“A mi hermoso ángel lo mudaron el día de su funeral con la ropita que yo le había comprado para que estrenara el 25 de diciembre; lo sepultamos el 26 de diciembre del 2024 en el cementerio de Alajuelita”, recordó el papá en medio de una conversación con La Teja.
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Una Navidad marcada por el dolor
La Navidad de este año será una de las más difíciles, y don Edgar planea ir al cementerio, llevarle un volcán de pólvora, encenderlo y estar un rato en la tumba de su Kilian.
Luego pasará junto con sus otros tres hijos, de quienes toma fuerzas para seguir luchando por ellos.
“Yo todos los 24 de diciembre les compraba a mis hijos cachiflines y espantasuegras porque les gustaba ver esos juegos artificiales. Es duro pensar que este año no pasará con nosotros”, manifestó el padre.
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Murió mientras dormía
El pequeñito murió el 25 de diciembre anterior, luego de recibir el regalo de su papá y después de haber esperado con emoción el amanecer, pues los llevarían a pasear. Así lo detalló don Edgar, quien lloró al recordar esos momentos.
Kilian se convirtió en víctima mortal de un pleito en el que ni él ni su padre tenían relación alguna. Dormía cuando dispararon al frente de su casa en múltiples ocasiones y uno de los disparos alcanzó el camarote en el que descansaba.
La agresión ocurrió en San Felipe de Alajuelita, y don Edgar dejó de vivir en ese cantón golpeado por la violencia tras perder a uno de los suyos.
“Después de lo sucedido me fui de ahí; ahora vivo solo. Siempre me hago el fuerte cuando salgo con mis otros tres hijos, pero cada vez que los llego a recoger, espero que salga Kilian; tengo la ilusión de verlo venir hacia mí”, expresó.
La despedida en un sueño
Este padre logró despedirse en un sueño de su hijo.
“Para el Día del Padre de este año fui al cementerio y estuve en la tumba de mi hijo; esos momentos son muy duros. Esa noche tuve un sueño en el que llevé a Kilian a pasear como siempre lo hacía; en el mismo sueño él se sentó frente a mí y yo sabía que se tenía que ir. Llorando le dije: ‘Mi amor, sé que te tienes que ir, ¿me dejas abrazarte?’ y me respondió: ‘Sí, papá’. Lo abracé y lo alcé”, recordó con cariño don Edgar.
Proceso judicial sigue en curso
El único sospechoso del homicidio es un peón de construcción de apellido Calderón Maltés, alias “Chavo”, de 26 años, quien enfrenta un debate desde el 9 de diciembre anterior.
El juicio no ha terminado y está programado para continuar los días 5 y el 16 de enero del 2026, en el Tribunal Penal de Pavas.

