Sucesos

Pioja: OIJ lo describe como un líder narco “pacífico” y que le huía a las broncas

Según el OIJ, Rodríguez Chaves, alías Pioja, hasta era un “buen patrón” pues pagaba salario fijo a sus trabajadores y les daba vacaciones

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El presunto líder de una poderosa banda narco, apellidado Rodríguez Chaves, alías Pioja, es descrito por el OIJ como un criminal muy peculiar, pues creó su imperio de forma “pacífica”, al punto que su banda no es vinculada con homicidios o agresiones.

Fuera del ámbito criminal, Pioja incluso podría ser considerado como un “buen patrón”, pues según la Policía Judicial este les pagaba salario fijo a los miembros de su organización e incluso les daba vacaciones.

El reinado de Rodríguez llegó a su fin este martes, pues él y 20 integrantes de su banda fueron capturados por medio de un mega operativo del OIJ en el que participaron más de 500 investigadores, quienes realizaron 32 allanamientos en María Reina, Sagrada Familia; el hotel La Fortuna, en San José y varias viviendas en San Pedro de Montes de Oca, Escazú, Desamparados y Alajuelita.

Según el OIJ, la banda de Pioja ganaba aproximadamente ¢100 millones a la semana con la venta de drogas como clorohidrato de cocaína, crack, marihuana, tusi (cocaína rosa sintética), tuki (una nueva droga), y anfetaminas, entre otros.

Sin violencia

Mientras que otros grupos narcos se han caracterizado por la violencia con la que actúan, principalmente en la disputa por territorios, la banda de Pioja se salió de ese molde, ya que pese a ser una organización tan grande nunca tuvieron que recurrir a la violencia para seguir llenándose los bolsillos.

“El grupo pretendía mantenerse en el lugar (María Reina de Los Ángeles) generando la mayor cantidad posible de dinero, por esa razón se alejó de la violencia, para evitar la presencia de la Policía.

“Mantenían control sobre la zona recurriendo a la imagen que tenían de ellos en el sitio, generando algún tipo de presión, pero en general no están vinculados con agresiones ni homicidios”, dijo Walter Espinoza, director del OIJ.

Incluso Pioja y su banda habrían forjado una buena relación con algunos sectores de esa comunidad de Hatillo, lo que les resultó de ayuda para mantener un perfil bajo.

“Lograron el apoyo de algún sector comunal que les facilitaba su vivienda para almacenar droga, guardar dinero o para realizar cualquier otra actividad que la organización criminal necesitara para mantenerse.

“La presencia y la extensión de la criminalidad en el sitio echó muchas raíces, pero no recurrió a la violencia. Este grupo tiene más pensamiento, gerencia y planificación”.

Más neuronas que músculos

Gerardo Castaing, criminólogo y exagente del OIJ, dijo que lo hecho por el grupo de Pioja podría tratarse de una tendencia que se está empezando a ver grupos criminales que prefieren la visión empresarial por encima de la violencia.

“Históricamente los traficantes han luchado por ganar territorios y eso lo han hecho de manera violenta, también para enviar un mensaje de miedo a los grupos que están en esos mercados.

“Pero conforme pasa el tiempo y cambia la sociedad los delincuentes van a tender más a usar las neuronas que los músculos, entonces es muy posible que esa gente haya apostado por el funcionamiento estructural y gerencial”, destacó.

Castaing dijo que esa movida no solo les permitió mantener un perfil bajo, sino que también se ahorraron en otros “gastos”.

“Eso posiblemente les permitió manejar mejor calidad de drogas a un menor precio, lo que de cierta manera hizo que los adictos prefirieran a ese grupo.

“También evitaban la reacción policial relacionada con asesinatos, así como evitaban la utilización de sicarios y trabajaban desde el punto de vista empresarial”.

Adrián Galeano Calvo

Adrián Galeano Calvo

Periodista de Sucesos y Judiciales en el periódico La Teja desde 2017. Cuenta con un bachillerato en Relaciones Públicas de la Universidad Latina y una licenciatura en Comunicación de Mercadeo de la UAM. En el 2022 recibió el premio a periodista del año del periódico La Teja.

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