Don Rolando Miranda Quesada era un querido y conocido comerciante en Miramar de Puntarenas, cuya vida tuvo un trágico final dentro de su propia casa.
Miranda, de 61 años, fue víctima de un despiadado ataque dentro de su hogar, el cual terminó costándole la vida. Aunque las autoridades no han revelado mayores detalles del caso, todo apunta a que el homicidio se habría dado en medio de un robo.
Este terrible crimen, ocurrido la noche del sábado 1 de noviembre de este año en San Isidro de Miramar, aún tiene a toda la comunidad conmocionada, pues aseguran que don Rolando era un hombre bueno, que no se merecía una muerte como esa.
Así lo contó a La Teja doña Olga Miranda, hermana de don Rolando, quien explicó que no hay ni una sola persona que pueda hablar mal de su hermano.
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“Era una persona buena, todo mundo lo conocía como un hombre muy amable, que saludaba a todo el mundo, le sonría a todas las personas. No es porque fuera mi hermano, pero él era un hombre muy bueno y todos los que lo conocieron lo recuerdan así”, expresa doña Olga.
En cuanto al crimen que cobró la vida del comerciante, el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) informó que este habría sido cometido, al menos, por dos hombres.
“Sobre la dinámica de los hechos, lo que se maneja preliminarmente es que dos sujetos habrían ingresado a la vivienda de la víctima y lo hirieron con arma blanca y arma de fuego”, señaló el OIJ.
Regresaba de la iglesia
Doña Olga contó que el día del crimen su hermano regresaba de la iglesia en la que se congregaba en Miramar. Don Rolando tenía aproximadamente 18 años de formar parte de esa agrupación, que era como su segunda familia.
Miranda explicó que ella y el resto de sus hermanos viven muy cerca de la casa de don Rolando, pero esa noche no escucharon nada, por eso les parece extraño que el OIJ dijera que en esa vivienda se detonó un arma de fuego.
“Él venía de la iglesia y parece que lo venían siguiendo, creemos que cuando se bajó (del carro) para entrar a la casa lo agarraron y entraron con él, pero nosotros no nos dimos cuenta de nada”.
En cuanto a cómo se dieron cuenta de lo que pasó, doña Olga explicó que uno de los tres hijos de don Rolando fue quien encontró la triste escena y dio aviso al resto de sus familiares.
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Iba a recoger a hijo menor
Una de las últimas personas con las que don Rolando conversó fue con su hijo menor, de 17 años, ya que, de acuerdo con su hermana, él iba a pasar a recogerlo.
“El hijo de 17 años estaba en Miramar centro y habló con él cuando ya venía de la iglesia, entonces mi hermano le dijo que lo iba a recoger, pero pasó primero a la casa, no sabemos a qué, tal vez tenía que pasar a dejar algo, y ahí fue cuando sucedió la desgracia.
“Él le puso un mensaje, porque le extrañó que no llegara, entonces lo que se le ocurrió es que posiblemente se quedó varado de camino, entonces se fue en taxi para la casa en la que vive con la mamá”.
En cuanto al crimen de don Rolando, su hermana dijo que en la familia piensan que se trató de un asalto, por lo que encontraron en la casa tras el homicidio.
“Revolcaron toda la ropa de un cuarto, pero no sabemos qué se llevaron. La billetera de él apareció al otro día tirada por la calle, alguien se la encontró y si él tenía dinero en la cartera, se lo quitaron todo”.
Hombre bueno y trabajador
Don Rolando se ganaba la vida como comerciante, tenía una bodega en Miramar en la que vendía distintos productos, principalmente alimento para animales.
“Mi hermano luchó mucho por mantener ese negocio, porque no tenía ayuda de nadie y pasó por muchas cosas, porque con los tiempos tan difíciles tuvo bajonazos, pero aun así él salía adelante, se agarraba de la mano de Dios. El sueño de él era que su negocio prosperara y poder dejarle algo a sus hijos y tener un vida tranquila”.
Además de ser un hombre muy trabajador, don Rolando es recordado por sus seres queridos como una persona muy llena de Dios, que amaba participar en todas las actividades de la iglesia a la que asistía.
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“Él estaba en una iglesia, donde las personas de esa congregación lo extrañan muchísimo, porque ayudaba mucho, le gustaba ayudar a las personas, le tendía la mano a los más necesitados en todo lo que él pudiera, así era mi hermano.
“Era una persona tranquila, tuvo un pasado en el que fue una persona de mundo, que tomaba y así, pero desde hace 18 años se había metido a esa iglesia e inició una vida nueva”.
En medio del enorme dolor que sienten, la familia de don Rolando hace un llamado a las autoridades para que hagan justicia, pues él fue un hombre bueno al que le arrebataron la vida injustamente.
“Toda nuestra familia queremos que esto no quede impune, queremos que encuentren a las personas que hicieron esto, porque no es justo lo que le hicieron a mi hermano, no se merecía eso porque él era un hombre bueno que no andaba en nada malo”, implora la hermana.


