Brandy Ranses Castro Barrantes, de 21 años, es el único sobreviviente del trágico choque del viernes en Cervantes de Alvarado, Cartago.

El joven está fuera de peligro, aunque muy golpeado física y emocionalmente. Él se enteró hasta 24 horas después que su compañero de trabajo Luis Diego Godínez Badilla, había fallecido.

El accidente sucedió este viernes 4 de junio, a las 6:02 a.m., a un costado de la iglesia católica de Cervantes. Un camión cargado de madera al parecer se quedó sin frenos y chocó primero contra un carro y luego con un camión que le vende servicios a la empresa costarricense Florida Ice and Farm Company (FIFCO). En este último viajaban Ranses como acompañante y Luis Diego, de 33 años, iba conduciendo.

“Mi jefa le pidió a mi familia que no me dejara ver el teléfono, para que no me alterara por el fallecimiento de mi compañero. Este sábado mis familiares tomaron la decisión de decirme, al verme más tranquilo.

“No me quedó de otra que aceptar, me duele, pero hay que asimilar algo que ya pasó”, expresó el muchacho.

Los compañeros se conocieron en la empresa que tiene sede en San Rafael Arriba de Desamparados. Ranses apenas va a cumplir tres meses de trabajar allí, inició en bodega, pero por Luis Diego lo pasaron al puesto de ayudante de repartidor, algo por lo que siempre le estará agradecido.

“Fue un gran compañero, solo me tocaba andar con él en las entregas. Llegué al puesto gracias a él, porque tomó la decisión de hablar con el jefe y decirle que quería que yo fuera su compañero. Gracias a Dios se me dio la oportunidad, también por mi desempeño. Sí me duele mucho esto, porque gracias a Luis Diego se me abrieron muchas puertas en el camino, era un buen compañero”, recordó el sobreviviente.

Ranses es de Alajuelita y Luis Diego era de San Juan de Dios de Desamparados. Su compañero quería despedirlo en el funeral, pero no podrá por la pandemia y porque lo mandaron a reposo absoluto.

Olvidó cómo ocurrió accidente

Ranses contó que el viernes llegó a las 4:30 a.m. al trabajo y faltando 15 para las 5 a.m. salieron hacia Turrialba, a donde debían ir a hacer entregas. Esta era la segunda vez que iban por esa ruta.

“Íbamos normal, hablando, obviamente nunca nos pasó por la mente que algo así iba a suceder”, recordó.

Se suponía que antes del mediodía ya estarían en sus casas descansando por la larga ruta.

Él cree haberse quedado dormido o que la misma mente le bloqueó el momento del impacto.

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“No recuerdo absolutamente nada, cuando desperté estaba en el hospital Max Peralta (Cartago) y no sabía qué estaba pasando, estuve inconsciente, me llevé el golpe en la sien y perdí el conocimiento”.

Cuenta que los médicos fueron los que le explicaron que tuvo un fuerte accidente y asegura que no quedó con secuelas, pero sí con miedo de volver a montarse en un camión, aunque sabe que al trabajo siempre hay que hacerle frente.

“Ya uno queda con ese miedo, porque no fue culpa de nosotros, solo he visto un video del camión (cargado de madera) cuando va bajando y veo el fuerte golpe. Saber que cuatro personas fallecieron y solo yo sobreviví es impactante”, dijo.

En el centro médico le hicieron placas y un TAC, pero no sufrió fracturas, por eso este mismo viernes le dieron la salida. Este sábado 5 de junio en la mañana fue al hospital del Trauma del INS, en donde lo incapacitaron por diez días.

“Este es un milagro que Dios hizo conmigo y me tiene acá para un propósito.

“Algunas veces uno sale bravo con la familia y gracias a Dios no me ha pasado nada, pero ya vi lo importante que es eso de siempre despedirse”, agregó.

Concluyó diciendo que cuando le dieron la salida lo primero que hizo fue buscar a su hija de 3 años para abrazarla. Le costó dormirse por estar pensando en el accidente, pero luego pudo descansar un poco.

Él le pidió a las personas que siempre se encomienden a Dios y estén agradecidas por todo lo que se tiene, además tratar no salir bravo con los familiares.