El taxista Eliécer Vega Campos, de 64 años, vivirá un verdadero calvario para que le arreglen el carrito que se le tragó un cráter en la urbanización La Baviera, en Alajuela.
El sustote, del cual Vega salió ileso, ocurrió la noche del miércoles cuando su taxi se quedó pegado en un hueco que, en cuestión de minutos, se comenzó a hacer tan grande que succionó la mitad de la nave.
La Teja conversó con don Eliécer este jueves para que nos contara el cuento completo y ahí nos confirmó que nadie quiere hacerse responsable por lo que le pasó a su chuzo.
El taxista dice que la Municipalidad de Alajuela y la Asada Árbol de Guaria, que brinda servicio de agua potable a la urba en la que ocurrió el accidente, se están tirando el churuco por el incidente.
La Teja le pidió su versión a la muni y efectivamente le tiraron la bronca a la Asada.
“La falla que hubo en el sistema de agua potable, el cual es brindado por una Asada propia de la urbanización, provocó una falla en la tubería del alcantarillado pluvial que colapsó producto de la mala estabilidad que causa el agua potable en el sitio”, dijo el ingeniero Lawrence Chacón, coordinador alcantarillado pluvial de la municipalidad.
Chacón añadió que en años anteriores otros puntos de esa misma tubería colapsaron, por lo que tuvieron que reemplazar las partes dañadas con tubería de concreto. Indicó que existe un proyecto para cambiar esa tubería por completo.
En cuanto al hueco, Chacón dijo que desde primeras horas de este jueves trabajaron en el lugar para hacer el reemplazo de diez metros de tubería. Dicha obra tiene un costo de entre seis y siete millones de colones.
La Teja le consultó a la muni si contactarían al taxista para buscar la forma de ayudarlo por los daños que sufrió el carro, pero la oficina de prensa respondió que no se iba a referir para no entorpecer posibles situaciones que se presenten.
Asada se sacude
Como la muni le tiró el churuco a la Asada, conversamos con Karina Villalobos, administradora de la Asada Árbol de Guaria, quien se sacudió.
“El alcantarillado pluvial le corresponde a la Municipalidad de Alajuela, nosotros como Asada no cobramos tarifa de alcantarillado ya que eso le corresponde a la municipalidad, por esta razón ellos estaban, desde hoy (jueves), arreglando el problema, ya que la causa principal fue el colapso de su tubería pluvial, causa que nos dejó sin agua”, expresó.
Villalobos dijo que es imposible que las tuberías del agua potable, que son muy pequeñas en comparación a las del alcantarillado pluvial, pudieran provocar un daño tan grande como para socavar esa parte del terreno.
“Tuvimos que contratar dos cisternas y el gasto va por más de un millón de colones, informe que será enviado a la Municipalidad de Alajuela para realizar su respectiva responsabilidad sobre los daños”, agregó.
Quedó sin machete
Don Eliécer, como está sin taxi, la está pulseando con un carrito que le prestó una amistad.
“Al carro le pasó tamaño poco, todavía no lo he llevado para que lo revisen, pero a lo que veo se le dañaron el búmper, los focos, los guardabarros y la tapa, además por debajo está muy dañado, todavía hace falta que lo levanten para revisarlo bien”, contó el taxista.
— "La calle estaba completamente plana, se desfondó en el momento en el que yo pasé”, dijo el taxista Eliécer Vega.
Vega, quien tiene 30 años de ser taxista, contó que está muy dolido por lo que pasó, pues él siempre se ha preocupado por cuidar mucho su carrito, el cuál sacó de una agencia en el 2005.
Dijo que él calcula que el arreglo le podría costar más de melón y medio de colones.
“Me habían pasado accidentillos que no eran nada del otro mundo, que le golpean a uno un búmper o así, pero como esto jamás en la vida”.
El taxista dice que, antes del sustote, recogió a una clienta en el centro de Alajuela para llevarla a la urbanización del percance.
“Gracias a Dios ella ya se había bajado como a los cincuenta metros. Yo fui a esa calle para dar vuelta y volver a salir y fue cuando el carro se me fue.
“Pensé que me había ido en un huequillo, pero qué va, ya cuando vi que se me fue toda la trompa del carro fue que me asusté muchísimo”, contó.
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Vecinos lo salvaron
Al ver que su carro era tragado por el hueco, Vega intentó bajarse, pero cuando sacó sus pies se dio cuenta que no había dónde pararse, por lo que tuvo que jugársela como un gato, se agarró a como pudo de la puerta y pegó un brinco hasta donde todavía quedaba calle.
Vega contó que en cuestión de segundos aparecieron varios vecinos a su auxilio, quienes lo ayudaron para que su carro no se fuera al fondo del hueco.
“Lo amarramos con unos mecates y unas lingas a un poste de luz, porque el carro ya estaba que se iba, le faltaba una cuartita para irse por completo.
“Gracias a Dios que siempre pone gente para ayudarlo a uno, porque otro muchacho dijo que él sabía dónde había una grúa y la llamó y al momentico ya estaba ahí para sacar el carro”, recordó.
— “Realmente yo volví a nacer ese día, le doy gracias a Dios que el carro no se fue hasta el fondo porque yo no hubiera podido salir”, dijo el taxista Eliécer Vega.
Don Eliécer dice que lo que más lo molesta es que ahora nadie quiere hacerse responsable de lo que le pasó.
“Si Dios lo permite los voy a demandar (a la muni y a la Asada), voy a conseguir un buen abogado para demandarlos, porque me da cólera, ni han preguntado ni han dicho nada. Si ellos se acercaran y se da un arreglo, todavía mejor”.
Demanda tomaría su tiempo
Alfonso Ruiz, abogado penal, explicó que don Eliécer tiene todo el derecho de que alguien le pague por los daños que sufrió su carrito, pero le adelantó que es un proceso lento.
“Cuando hablamos de vías primero se debe definir si es municipal o nacional y si además el acueducto pertenece a una asada podría haber una corresponsabilidad civil solidaria, entre los responsables de la asada de darle mantenimiento al acueducto y los responsables de la municipalidad que deben verificar condiciones de ingeniería y de infraestructura”, explicó.
Así la cosa, el taxista podría presentar una demanda contra ambas entidades para que eventualmente sea un juez quien decida cuál es la responsable por lo sucedido.
“Podría estar tardándose dos o tres años, también existe la posibilidad de la conciliación, que ya eso sería en cuestión de días o semanas”, aconsejó.