Don Carlos Camacho asegura que un rosario con la imagen de Juan Pablo II le ha salvado la vida tres veces.

La última vez fue el sábado 15 mayo, cuando fue testigo del intento de asalto a un camión remesero en las afueras del Banco Nacional de Cariari, en Pococí, el cual terminó con dos personas fallecidas y cuatro heridas.

Este vecino de Cariari, de 52 años, asegura que ese día él andaba en la feria, pero nadie lo quiso acompañar por el coronavirus, entonces se fue solito.

“Yo no trabajo los sábados, entonces me gusta ir a la feria, compré varias cositas y no me alcanzó la plata que andaba, por eso en ese momento me dije: ‘Voy a irme al cajero del banco (Banco Nacional) y saco un poquito para llevar lo que hace falta’”, dijo Carlos.

Este papá de dos hijos nos contó que llegó al banco y estaba un poco lleno, además, el día estaba caliente, entonces decidió volver a cruzar la calle y comprarse un refresco mientras se iba un poco de gente.

“Me tomé el fresquito, me puse a saludar a un taxista conocido mío y me devolví, cruce hasta la mitad de calle y vi una busetilla gris que se parqueó y se bajaron unos hombres, todos tapados, yo no sé ahorita cuántos eran porque vi varios y me puse muy nervioso. Lo primero que pensé fue que iban a asaltar a los de la fila del cajero, porque aquí hay partes donde lo asaltan a uno a cualquier hora”, dijo el testigo.

Don Carlos traía su billetera en la mano, lo único que medio acató fue devolverse para donde estaban los taxis para meterse en algún negocio.

“En ese momento se me cayó un rosarito que yo tengo, con olor a rosas y que no me lo despego, siempre lo ando en la billetera. El agacharme a juntarlo creo que fue lo que me salvó, porque otro señor que iba cruzando sí resultó baleado, incluso a los taxis las balas los alcanzaron. Le puedo decir que por lo menos dos balas me soplaron de cerquita”, contó.

Asegura que el cuerpo se le puso en un puro temblor porque él vio a varias personas correr para refugiarse y a un hombre que resultó herido.

“Yo corrí como loco por varios metros y se oían los disparos, las verduras las andaba en un bulto, pero unas se quedaron botadas. Me subí en un taxi y cuando llegué a la casa me senté a llorar, mis hijos y mi esposa se pusieron a rezar por mí, agradeciendo que nada me pasó, pero llevo noches soñando con el ruido de los balazos, no he querido leer ni ver más notas de eso, pero sí le puedo decir que soy un milagro, y que ahora menos que suelto mi rosario”, comentó.

Un regalo

Este comerciante asegura que ese rosario se lo regaló una hermana en julio del año pasado, para que lo cuidara y lo ayudara a vencer al covid-19.

“Yo estaba bien mal, no me podía levantar de la cama y como estaba aislado decidí ponerme un poquito con el hombre y rezar, a los tres días empecé a sentirme mejor”, dijo.

Como lo ayudó a vencer al coronavirus, decidió que lo mejor era guardarlo en su billetera, además sabía que su hermana se lo dio con amor.

La segunda vez que el rosario lo ayudó fue en diciembre. Asegura que un día le tocó devolverse tarde de su trabajo, cuando dos hombres se le pusieron al corte y él trataba de caminar rápido por el centro de Cariari y no había nadie que lo ayudara.

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“Yo jalé duro el rosarito y me encomendé, yo dije: ‘Estos muchachos me van a matar’. Yo andaba lo que me había ganado en el día, que eran como 25 mil colones, me puse a rezar, sudaba frío y en eso se me apareció una patrulla y yo pude decirle a los oficiales que me venían siguiendo. Entonces los dos hombres en una esquina doblaron soplados, unos policías se fueron a buscarlos, pero no los encontraron y otros dos oficiales se quedaron conmigo mientras mi hijo me llegaba a recoger”, dijo.

Carlos asegura que no se va despegar de su rosarito y este sábado no fue a la feria del agricultor pues no se siente listo, aún está nervioso.

“Esto pudo ser peor de lo que fue, que gran tristeza para esas familias que perdieron a sus seres queridos”, dijo.

Durante el intento de asalto fallecieron Sharon Hernández Alpízar, una joven madre de 19 años, quien protegió de las balas a su hija de dos años, y el custodio Hernaldo Gutiérrez Arburola, de 32 años.

Además, resultaron heridos Brandon Elizondo Gamboa, un joven vendedor de tarjetas Claro, él está en el hospital Calderón Guardia y este viernes le quitaron un sello que le colocaron en el tórax, su recuperación va muy bien; don Sinays Duarte Alemán, de 41 años; además un custodio compañero de Hernaldo y otra persona que no ha sido identificada por el OIJ.

Los seis sospechosos de apellidos González Gómez, Pérez Carranza, Bustos Chavarría, Salas Herrera, Madrigal Víquez y Cordero Díaz, que fueron detenidos ese mismo día, están descontando prisión preventiva.