Jazmín Cordero Hernández, de 39 años, tomó la difícil decisión de renunciar al trabajo en la sodita que por mucho tiempo fue su segundo hogar, pues para ese momento de su vida su prioridad era cuidar de su salud.
Lamentablemente, fue muy poco el tiempo que Jazmín pudo descansar y disfrutar junto a sus seres queridos, todo por culpa de una balacera que acabó con su vida y en la que ella no tenía nada que ver.
“Ella trabajaba en una soda en Plaza del Sol, ahí ella era ayudante de cocina. Había renunciado como dos semanas antes, porque estaba muy enfermita, ella padecía de presión alta y se le estaba subiendo mucho. entonces se salió por un tiempo”, contó Ana Yance Masís Cordero, hermana de Jazmín.
En ese tiroteo también falleció doña Ana Julia Camacho Sandí, de 56 años; mientras que otra mujer mujer apellidada Marín, de 61 años, fue alcanzada por los disparos, pero logró sobrevivir.
Las tres mujeres fueron víctimas colaterales de la balacera, ocurrida la tarde del pasado sábado 19 de julio en el barrio 15 de Agosto, en Tiirrases de Curridabat. El tiroteo estaría ligado con una lucha por territorios para venta de drogas.
“En apariencia, por dicho sector circulaban dos motocicletas, en las cuales viajaban dos hombres en cada una, y en un momento dado, por razones que se desconocen, estos habrían comenzado a disparar y posteriormente huyeron del lugar”, informó el OIJ en aquel momento.
Iba a la pulpería
Ana Yance recordó que ese día todo transcurría con normalidad, ella se encontraba haciendo unas diligencias en San José, mientras que Jazmín estaba en su casa, pero tuvo que salir debido a que uno de sus familiares le pidió ayuda con un mandado.
“Ese día la mandaron a hacer un mandado a la pulpería y lo que cuentan es que se empezaron a escuchar los balazos, entonces todo mundo salió en carrera, ella también salió corriendo, pero nada más vieron cuando se agarró como la espalda y cayó de frente. Ahí la ayudaron y la levantaron, pero ya iba más muerta que viva”.
Jazmín fue ayudada por varias personas, quienes la llevaron en un carro particular hasta la clínica Marcial Fallas, en Desamparados, donde falleció llegando al parqueo. A ese centro médico fue la llevada Marín.
En cuando a doña Ana, quien era la dueña del bazar del barrio, también fue alcanzada por las balas cuando trató de buscar refugio. A ella la llevaron en un carro particular al hospital Calderón Guardia, donde falleció la mañana del pasado martes 23 de julio.
“A Ana la conocíamos bastante porque ella era la señora del bazar del barrio, además de que era muy atenta, una señora muy noble y humilde.
“La otra señora (Marín) sí sobrevivió, de hecho ya anda ahí en la calle, pasa igual ahí en la esquina vendiendo cositas como ropa, zapatos, lo que ella consiga lo vende ahí”, contó Masis.
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Siguen esperando justicia
Este viernes 19 de setiembre se cumplen dos meses exactos de la injusta muerte de Jazmín y su familia sigue esperando que las autoridades detengan a los responsables.
“No hay nadie detenido y en este país cuesta mucho que detengan personas así, pasan años y queda impune todo. Uno lo que desea es que las autoridades tengan más mano dura y que realmente vean lo que está pasando, ¿cómo van a seguir muriendo personas inocentes? Son familias que estamos sufriendo por todo esto que está pasando en el país”, dijo Masis.
Ana Yance espera que las autoridades detengan a los sospechosos, pero aseguró que su esperanza descansa en Dios, pues sabe que nadie se escapa de la justicia divina.
“En mis oraciones le digo a Dios que tome control de esto, que esta gente que le hizo esto a mi hermana y a Ana no queden impunes, que Dios tome el control de todo esto, porque las autoridades no”.
“Él es el único que hace su justicia, porque pasará el tiempo, pasará todo, pero a Dios no se le pasa nada, tarde o temprano llega”.
— Ana Yance Masis, hermana de Jazmín.
Muy amada por sobrinos
Jazmín era soltera y no tenía hijos, pero sí tenía un montón de sobrinos a los que amaba con todo su corazón.
“Era una mujer sencilla, no tenía hijos, ni era casada ni nada, pero tenía un montón de sobrinos que la veían como una mamá, porque ella siempre se daba por la familia, por los sobrinos. Andamos como por ochenta ya, entre todos, bisnietos y todo”, contó su hermana.
Masis describió a su hermana como una mujer con muchas amistades y que se ganaba el cariño de las personas con su forma de ser.
“Era una persona que no se metía con nadie, nosotros somos una familia muy humilde, no nos metemos en problemas, no nos gustan los problemas. Mi mamá murió cuando ella tenía seis años, entonces prácticamente, nosotros, los hermanos mayores, fuimos los que la criamos”.
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Ana Yence contó que su hermana logró cumplir un gran anhelo que tenía desde hace mucho tiempo y se estaba preparando para cumplir otro sueño que siempre tuvo en mente.
“Ella tenía el sueño de tener una moto y logró comprarla, ahí quedó en la casa de mi hermano, donde ella pasaba más tiempo. Siempre decía que más adelante quería un carro, ese era el sueño de ella, comprarse un carro para andar viajando”.
En cuanto a esa moto, Ana Yance dijo que de momento quieren guardarla, pues es un recuerdo de Jazmín.