Pese a que Celso Gamboa Sánchez fue fiscal, ministro de Seguridad y también magistrado, parece que ya no se acuerda cómo se lleva a cabo el proceso legal cuando hay sospechas de que un chofer anda manejando borracho.

Él fue arrestado este martes en la noche en Pavones de Turrialba porque, presuntamente, conducía su carro tamarindeado.

Cuando los oficiales de la Policía de Tránsito le iban a hacer la alcoholemia él se negó, por lo que tuvieron que llevarlo a hacer una prueba de sangre.

Horas después, cuando fue dejado en libertad, Gamboa publicó un video en redes sociales en el que decía que ya había quedado comprobado que el delito que le achacaron no era verdad, sin embargo, eso aún no está claro ya que la misma Fiscalía informó este jueves que aún no se tiene el resultado de la prueba que le hicieron.

Según se supo, el incidente se dio porque, al parecer, unos vecinos llamaron a la Policía y dijeron que una persona que manejaba un carro de lujo por Turrialba había tirado unas botellas de licor por la ventana.

Cuando los oficiales de la Fuerza Pública localizaron el chuzo vieron que el que iba manejando era el exmagistrado y trataron de aplicar el protocolo, diciéndole que le harían la prueba de alcohol, pero él se negó.

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Normalmente en los casos en los que los conductores no quieren colaborar, los oficiales a cargo llaman a un fiscal y piden una guía sobre cómo proceder.

Lo más común es que, en primer lugar, se le quiten las placas al chofer y se le haga una multa de ¢312 mil colones. En el caso de Gamboa la Fiscalía confirmó que se le hizo una multa, pero no reveló si fue por ese monto, ni tampoco si le fueron retiradas las placas.

Después los uniformados lo llevaron al Ministerio Público para que lo reseñaran y para que un fiscal lo entrevistara y analizara si de verdad había posibilidades de que Celso estuviera tomado.

El funcionario judicial tomó la decisión de enviar a Gamboa al hospital William Allen de Turrialba, que era el que estaba más cerca, para que le hicieran una prueba de sangre y así verificar si estaba ebrio o no.

Normalmente se hacen dos pruebas, una cuando el sospechoso llega al centro médico y otra media hora después para tener dos muestras y así el resultado sea más certero. La efectividad de esos exámenes es del 98%.

Luego de todo el procedimiento, las muestras de sangre fueron enviadas a los laboratorios de la Morgue Judicial para que fueran analizadas y el exmagistrado fue puesto en libertad, ya que como aún no hay certeza de que cometiera el delito de conducción temeraria, las autoridades no podían retenerlo.

Se sacudió en redes sociales

Gamboa se sacudió en redes sociales publicando un video en el que asegura que él no andaba manejado tamarindeado. La aclaración la hizo apenas se subió en su carro después de ser liberado.

“Hola amigos del chat de Limón, para ustedes y para otros amigos del chat nada más quería confirmarles y aclararles que en ningún momento fui detenido por la Fuerza Pública ni por la Policía de Tránsito, simplemente que fui parado en un retén policial donde, por circunstancias que yo creo que son impropias, me detuvieron, me negué a hacerme cualquier tipo de prueba de alcoholemia y me remitieron al hospital William Allen de Turrialba donde, pues por supuesto, se corroboró que no había ningún tipo de evidencia o prueba de que yo viniera bajo los efectos del alcohol.

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“Voy manejando mi vehículo en este momento para mi casa, fue un evento sumamente lamentable que ya es noticia internacional lo que quiere decir que todavía hay ojos sobre Celso Gamboa y eso, pues lejos de amilanarme o atropellarme, me da más impulso para seguir adelante y decirles a ustedes que aquí estoy, soy un ser humano como cualquiera de ustedes, que tiene errores y virtudes, sin embargo, siempre estoy dentro de los márgenes que exige la ley penal costarricense.

“Gracias por los que han creído en mí y a los que confiaron en que todo era un error y un tema de morbo de prensa. Un fuerte abrazo para todos, bendiciones”, finalizó Gamboa.

Pese a las declaraciones del exministro, la Fiscalía sostiene que el resultado de la prueba de sangre que le hicieron aún no está listo ya que las muestras podrían tardar días en ser analizadas, pues depende del volumen de trabajo que tengan los especialistas.

En caso de que se compruebe que el chofer andaba tomado cuando fue detenido, él podría enfrentar una causa por el delito de conducción temeraria, el cual es castigado con penas de hasta tres años de cárcel.