Sucesos

Video: Mujer que halló a María Luisa Cedeño: “Estaba aterrada en mi lugar de trabajo”

Testigo, Bodaan y Herrera lloraron durante el juicio

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Muchas lágrimas hubo este viernes durante la declaración de Raquel Navarro, exsupervisora del restaurante del hotel La Mansión Inn en Manuel Antonio de Quepos, con motivo de la continuación del juicio por el crimen de la doctora María Luisa Cedeño Quesada.

El testimonio de Navarro comenzó en la mañana y ella lloró en al menos dos de sus intervenciones.

Primero cuando recordó hechos buenos y malos que realizó el bailarín Herrera Martínez y la segunda cuando dio detalles sobre cómo encontró el cuerpo de la doctora.

También Bodaan y Herrera lloraron durante gran parte del debate. El único que no lloró fue Miranda e incluso le llamaron la atención porque supuestamente se reía al escuchar a Navarro dar la declaración.

La testigo manifestó que luego del hallazgo del cuerpo de María Luisa Cedeño sintió miedo por lo sucedido.

“Trabajo porque tengo necesidad, en la pandemia no tenía a dónde más ir, pero si me sentía estresada, estaba aterrada en mi propio lugar de trabajo por los hechos (homicidio)”, expresó.

Navarro incluso dio su declaración en compañía de una funcionaria del Ministerio Público y de dos agentes de seguridad de esta entidad, quienes forman parte del programa de Protección a Testigos.

Parte del terror que sentía se debió a que se sentía presionada por parte del primer abogado de Bodaan, quien la puso a hacer dibujos de cómo quedó el cuerpo de la doctora Cedeño.

Además los defensores de Miranda Izquierdo la buscaron, pero ella luego les dijo que ya había respondido las preguntas al Organismo de Investigación Judicial (OIJ) y que solo a ellos les debía responder.

“En muchas oportunidades llegaron los abogados de Miranda, no sé quiénes eran, nunca los conocí, pero sé que llegaban (al hotel) y querían que habláramos con ellos, por eso yo llamé a Raquel la detective (del OIJ) y le digo: ‘creo que yo solo le debo cuentas a la Fiscalía, ya declaré, ¿por qué me tiene que estar llamando otro abogado?, no puedo hablar más de lo que ya yo hablé, no sé qué quieren hablar conmigo’”, manifestó la testigo.

Horrorizada con escena del crimen

La testigo les dijo a los jueces los recuerdos que tiene de la doctora Cedeño y del traumante momento cuándo descubrió que ella estaba sin vida en medio de un montón de sangre.

El lunes 20 de julio del 2020, Cedeño debía irse del hotel, pero nunca llegó a desayunar y desde ese momento comenzó la preocupación por parte de Navarro.

“La esperé hasta las diez (de la mañana), entonces le dije a Daniela (compañera de trabajo) pongámosle un mensaje por WhatsApp y digamosle: ‘que no hay ningún problema, que como solo ella queda podríamos tenerle el desayuno a la hora que guste’, pero el mensaje no se entregó”, mencionó.

Antes de encontrar el cuerpo de la doctora, Miranda le pidió a Raquel Navarro una taza de café y fue la primera vez que le habló porque nunca antes lo había hecho; sin embargo ella asegura que le pareció raro porque en el lobby había un dispensador con agua y café.

“Lo vi pálido y me pareció extraño, hoy lo digo con la seguridad y con el respeto que le tengo a Dios: ‘nunca me has hablado y me venís a preguntar por una taza de café'”, recordó Navarroque le dijo.

Dijo que siguieron esperando, que iban a ser las 11 de la mañana, por lo que pensó que quizás se había dormido o estaba muy cansada.

A Cedeño la llamaron a la habitación, pero el celular estaba apagado.

A Navarro se le ocurrió llamar a la habitación de Miranda Izquierdo para preguntarle si sabía algo de la doctora Cedeño, esto porque el día antes lo había visto caminar junto a la doctora cuando regresaban juntos de la playa Biesanz, que está cerca del hotel.

“Le dije: Hola (nombre) Miranda, soy Raquel del restaurante ¿de casualidad usted fue a la playa hoy?; me dice: ‘No, ¿por qué? ¿pasó algo?’, le dije: ¿se acuerda que usted ayer venía con una muchacha? La estoy esperando para que desayune y no ha venido. ‘No, hoy no fui a la playa’ me dijo. Está bien gracias fue lo único que le dije’”, expresó la testigo.

Asegura que en la actualidad esa conversación se le viene a la mente.

“Hoy para mí esa palabra retumba, porque ¿qué va a pasar?, ¿qué pudo haber pasado? es lo que pienso después de la tragedia, en ese momento no pensé mucho y si me tomé el atrevimiento (de llamarlo) fue por haberlo visto con ella”, indicó.

Menciona que nunca le gustó que el personal del hotel estuviera intimando con los huéspedes.

Navarro recordó que las habitaciones de la 1 a la 6 estaban cerradas, sin embargo los balcones conectaban con una planta de amapola.

Navarro junto a su compañera esperaron a que fuera mediodía para ir a tocar en la habitación 3, donde estaba la doctora.

Cuando llegaron pusieron la oreja en la puerta de la habitación y no escucharon nada, luego entró por la habitación 4 y caminó hasta el balcón y en reiteradas ocasiones llamó a María Luisa, al asomarse vio las puertas corredizas abiertas.

“La llamaba y nada, hasta que salió Mafalda (la perrita de la doctora) y ladró, estaba temblando. Dije: voy a ir a asomarme, me agaché y empecé a ver mucha sangre en el piso, unos trapos blancos o paños con sangre”, dijo Navarro llorando.

Asegura que es imposible no quebrarse a pesar de dos años de la trágica muerte.

Su testimonio seguirá el martes 6 de diciembre.

Alejandra Morales

Alejandra Morales

Bachillerato en Periodismo en la Universidad Internacional de las Américas y licenciada en Comunicación de Mercadeo en la UAM. Con experiencia en temas de sucesos y judiciales.

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