Preste mucha atención si su hijo o hija no quieren ir a la escuela o colegio, aunque muchos piensan que se trata de vagancia, una increíble fobia podría estar detrás.
Una niña argentina empezó a rechazar la idea de ir al colegio y, aunque su mamá no lo sospechaba, ella no recibía lecciones.
Tras darse cuenta de la situación, la niña fue a terapia y en la consulta le contó a su psicóloga que el tema no tenía nada que ver con la pereza.
No era vagancia, ni capricho. Sofía, le explicó después su psicóloga que estaba atravesando un cuadro de fobia escolar, que no es falta de interés por las cosas de la escuela, sino un trastorno de ansiedad. Se sumaron varias cuestiones: el aislamiento, el estar expuesta a su propia imagen varias horas al día, durante las clases, el temor que tenía de que los volvieran a encerrar por la pandemia, como ya había ocurrido el año anterior. Y, obviamente, cuestiones que tenían que ver con su situación familiar, personal e individual.
LEA MÁS: Niña escribe para cambiar el mundo, alejándolo del bullying y acercándolo a la naturaleza
Este es un diagnóstico que está cada vez más presente en las aulas, sobre todo después de la pandemia, según confirman desde la Asociación de Instituciones Educativas Privadas de Argentina (Aiepa). Detectarlo a tiempo, tratarlo como un trastorno de ansiedad sin presiones excesivas por parte de las autoridades o de los padres, y diseñar una intervención conjunta para desarticular esa fobia que se gestó por diferentes razones parece ser la clave.
Los niños y adolescentes que padecen este trastorno, además de no querer ir a estudiar, suelen alejarse de sus amigos.
LEA MÁS: Niña habría agredido a su maestra luego de tomar peligrosa bebida
“Los síntomas que aparecen son limitantes. No pueden asistir a la escuela; muchas veces no tiene que ver con lo académico, sino con no lograr el encuentro al otro. Aparece una resistencia irracional. Hay malestar físico y emocional, mucho sufrimiento. Sienten una gran ansiedad, se perciben en peligro, y el colegio se convierte en un lugar de riesgo en la mente del adolescente. Aparece la sintomatología; pensamientos intrusivos tales como ‘La voy a pasar mal’, ‘Tengo miedo’ o ‘No voy a poder responder cómo se espera’. También pensamientos anticipatorios, negativos, espontáneos. El cerebro elimina cortisol para poner alerta y aparecen síntomas como palpitaciones, dolores de cabeza y de estómago, no querer salir de un lugar seguro”, explicó la psicóloga Marina Manzione, especialista en adolescencia.