Marcela Vargas, originaria de Alajuela, descubrió en junio que tenía cáncer grado 3 con ganglios comprometidos. Entre miedo, quimioterapia y esfuerzo físico, esta amante de las motos decidió no rendirse.
Su historia es un ejemplo de resiliencia y superación, mostrando que incluso en los momentos más difíciles se puede encontrar motivación para seguir adelante.
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Marcela Vargas cuenta que todo comenzó en junio, cuando tras sentir molestias y notar una masa en el seno izquierdo, se sometió a exámenes médicos que confirmaron cáncer grado 3, sin metástasis.
“Fue muy rápido, no creí que fuera algo tan grave”, relata. Inmediatamente inició su tratamiento de quimioterapia, primero con las más fuertes, que le quitaban mucha energía, y ahora continúa con las más suaves, con las que ya puede salir del hospital sola.
“Antes no podía ni manejar ni comer, estaba sin energías. Lo que me sostiene es la mente y uno mismo. Solo hay dos opciones: lucharlo o rendirse”, comenta Marcela con determinación.
La pasión por las motos, que ha cultivado durante más de 10 años, ha sido su gran apoyo emocional. Marcela compara la resiliencia que aprendió al competir y levantarse tras caídas en su motocicleta con la lucha contra el cáncer de mama.
“Aprendí a aceptar ayuda, porque uno no puede hacerlo solo. Este trabajo en equipo me recuerda que no estamos solos en la vida ni en la enfermedad”.
A pesar de la debilidad por la quimioterapia, Marcela mantiene la esperanza de volver a conducir su moto y recorrer los paisajes que tanto ama, especialmente el volcán Irazú en Cartago, su ride favorito.
“Mi brazo quedará débil tras la cirugía, pero sé que puedo volver. Eso me da fuerza y motivación para cuidarme, hacer ejercicio y mantenerme bien”, dice.
Además de inspirar por su fuerza física y mental, Marcela comparte un consejo vital para todas las mujeres: escuchen a su cuerpo y acudan a chequeos regularmente, porque los síntomas nunca deben ser ignorados.
“Por dicha yo quedé sin metástasis, pero estuve muy cerca. Es fundamental prestar atención a las señales de nuestro cuerpo”, concluye.
Marcela describe su cáncer como un desafío que le enseña a valorar cada etapa de la vida, la importancia de apoyarse en otros y la fuerza interior que cada uno puede descubrir cuando se enfrenta a la adversidad.
Este medio estuvo en la actividad Motober Fest Life, donde las invitadas fueron Fundación Mujeres en Rosa, quienes se ubican en la provincia de Heredia y dan apoyo integral a las pacientes que tienen cáncer.
“Tenemos una casa que se convirtió en un albergue, donde apoyamos a todo tipo de pacientes que padecen cáncer. La donación que recolectamos es un aporte muy importante porque va destinada al albergue, que recibe pacientes de zonas alejadas de la provincia de Heredia y de otras partes del país, quienes necesitan estar cerca de los hospitales para recibir sus tratamientos contra el cáncer”, dijo Marcela Campos, encargada de la fundación.
Fundación Mujeres en Rosa
Mujeres en Rosa recibe, por mes, alrededor de 11 pacientes con algún tipo de cáncer.
“Este año fuimos las invitadas. Es importante porque en otras ocasiones a nosotras nos toca salir a hacer actividades; ahora las empresas están dando una mirada a la razón social”, concluyó.





