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Mamá de la boxeadora la “China” Rodríguez: “Uno se queda con los bandidos mitos”

Doña Ana Ruth Acevedo cuenta su caso de supervivencia del cáncer de mama

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Ese mito de que las mujeres que dan de mamar no les da cáncer de mama es una de las cosas que lamenta doña una Ana Ruth Acevedo, superviviente esta enfermedad, pues por creer esa mentira no fue precavida.

Doña Ana Ruth es la madre de la boxeadora Julianna la “China” Rodríguez, y aprovecha la vitrina que tiene su hija como campeona mundial de boxeo para contar su historia, precisamente este miércoles es el Día Internacional de la Lucha contra el Cáncer de Mama

Ella vivía muy confiada con eso del cáncer y antes del diagnóstico nunca se hizo un autoexamen ni una revisión, pues tenía interiorizado ese mito: “si uno dio de mamar, no le da cáncer”.

Pero fue el destino el que le abrió los ojos, le demostró que las cosas no eran así y debió librar una dura batalla de cinco años contra la enfermedad de la cual logró salir, gracias en mucho, a una actitud positiva, pese a la circunstancia.

Doña Ana Ruth le contó a La Teja su ruda experiencia, sus sufrimientos, pero como su actitud positiva, la fe en Dios y el amor a sus hijas, Julianna y Karina, la sacaron adelante.

Ella se dio cuenta de que tenía cáncer gracias a un golpe de suerte. Se golpeó el pecho izquierdo contra la mesa del comedor limpiando la casa y le empezó a supurar (salir pus) mucho, eso la asustó y se fue corriendo para la Clínica Bíblica.

Allí le hicieron un ultrasonido en tercera dimensión y el doctor le dijo: “no le puedo dar el resultado, mejor vaya y saque una cita y lo hice”.

La enviaron con una referencia al hospital de Mamas del Hospital San Juan de Diosy fue diagnosticada.

“Me dijeron que el cáncer estaba encapsulado y que podíamos operar en ese momento y entonces el doctor me operó en el Hospital Cima y luego me siguió viendo en el San Juan de Dios”.

-¿Qué significa que el cáncer estaba encapsulado?

-Que era un racimo de uvas, por eso es que sacaron lo que estaba allí y empezaron a poner quimio para evitar que quedaran raíces. Es decir, había que quemar las raíces por si acaso en la operación no se podían sacar, me dijeron que iban a poner quimio y si todo funcionaba bien no me pondrían radio y así fue como logré salvarme, por pura casualidad del destino.

- ¿Usted acostumbraba a realizarse el autoexamen?

No me lo hacía y por eso hoy digo “los bandidos mitos”, uno con los mitos se queda. A uno le decían que las que dieron de mamar no padecen de cáncer y uno lo creía y no me había hecho un examen. Posterior a la recuperación fue que seguí haciendo los exámenes rutinarios.

-¿Qué efectos le dio la quimio?

Los vómitos es lo peor, náuseas, la comida no sabe a nada, la pudrición de las uñas, los dolores de cuerpo eran terribles, mareos. Es difícil, se me inflamaban los pies, la cara se manchó toda y el pecho se me puso negro, pero lo más difici eran los vómitosl, lo que uno come lo vomita. Fue algo espantoso.

-Cuando a una persona la diagnostican con cáncer, es inevitable pensar en la muerte, ¿qué pasó con usted cuando estuvo en ese punto?

Cuando me dijeron me quedé fría porque jamás uno espera que un médico te diga “tiene cáncer” y lo primero en lo que pensé fue en mis hijas, me decía: “ahora, ¿quien me las cuida, quien las va a criar?”. Estaban pequeñas, una en la escuela y la otra en primer año de colegio, entonces, le pedí al Señor que me diera vida para criarlas porque realmente pensaba en ellas, no tanto en mi.

-¿Cómo se curó?

Me agarré de la mano de Dios, confìé que me iba a sacar adelante, que iba a salir de esa enfermedad. Recuerdo que la sicóloga del hospital me decía: “doña Ruth, me encanta que sea positiva porque cuando la persona tiene cáncer se deprime y no es de cáncer que mueren, es de la depresión”.

Eso me ayudó a seguir positiva y confiaba en Dios, siempre oraba y pedía que me diera vida y la oportunidad de criar a mis hijas y me lo cumplió.

-¿Qué lección de vida le dejó este proceso?

Dios me dio una lección de vida porque una como mujer es descuidada en eso, uno no se preocupa por uno, solo por los demás y desde entonces una parte de mi aguinaldo es para mi salud, para chequear todo lo que pueda, para hacerme exámenes, para prevenir. Nunca más voy a quedar en segundo plano, entendí que mi salud es lo más importante. No descuido a los demás pero primero estoy yo.

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—   muertes por cáncer de mamas se dieron en el 2020

- Ese espíritu de lucha, ¿lo transmitió a sus hijas?

Por supuesto, mis hijas siempre dicen “mami, usted es el ejemplo a seguir para nosotras, es mi heroína y mi ídolo”.

Franklin Arroyo

Franklin Arroyo

Periodista egresado de la Universidad Federada. Integra el equipo de Nuestro Tema de La Teja. Trabajó en el Periódico Al Día, corresponsal del diaro Marca para Centroamérica y editor de la revista TYT del Grupo Eka.

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