¡Feliz y sorprendido! Así se encuentra Jordan Herrera Carrión, luego de haber podido reencontrarse con su madre, María Carrión.

“Cuando llegué a León el lunes anterior, mi mamá estaba llorando luego de 22 años sin verme. Fue demasiado bonito el reencuentro y me sorprendí porque tengo un montón de hermanos, somos 16 en total y me enteré que cuatro viven aquí en Costa Rica”, contó el joven vecino de Jacó.

Agregó que está muy contento porque pudo conocer a su madre, quien actualmente tiene 65 años y asegura que él no es quién para juzgarla aunque otros de sus hermanos sí lo hacen.

Jordan contó que habló con cuatro de sus hermanos por teléfono y cuando llegó al barrio Guadalupe en León, Nicaragua, donde vive su madre, se encontraba uno en cada esquina.

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“Vi a mi hermano mayor, que tiene 46 años. Es vendedor de helados en la calle. Y al menor de todos lo conocí cuando ya me estaba montando al carro para devolverme, tiene 14 o 16 años, no recuerdo bien”, comentó Jordan, quien es el antepenúltimo de todos los hijos.

Doña María sufrió un derrame facial hace 22 días y como consecuencia su ojo izquierdo se mantiene cerrado y es diabética no controlada.

Jordan nos contó días antes de viajar que pretendía traer a su mamá a vivir con él a Costa Rica; sin embargo, en esta oportunidad no pudo hacerlo por el estado de salud en el que ella se encuentra.

“Le compré un poco de vitaminas y suplementos alimenticios para que agarre fuerza y ver si puedo traerla a final de mes, para que pase diciembre conmigo”, contó a La Teja.

El limonense de nacimiento no quiso incomodar y no se quedó en casa de su madre, sino que alquiló un apartamento los días que estuvo allá.

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Pese al corto tiempo que estuvo por el país vecino del norte (tres días), Jordan compartió con ella el lunes en una entrevista con la emisora Radio Darío, quienes le ayudaron a encontrarla, luego se fueron a comer, le compró ropa y medicamentos, y compartieron con otros hermanos.

“Ella además como muestra de cariño me hizo buñuelos, tortillas y fresco de pinolillo”, recordó.

Conmovido

Jordan es un pulseador y trabaja como mensajero y repartidor exprés en la verdulería que tiene junto a su esposa, Hazell Padilla. El trabajar en lo propio le permitió tener la libertad de disponer de su tiempo para poder viajar a Nicaragua sin los inconvenientes de que le dieran permiso en el trabajo.

Y aunque no le sobra el dinero a borbollones, sí quedó conmovido por las condiciones en las que vive su familia en Nicaragua.

Lo que más le impactó fue la situación de su hermana de padre y madre, Jilma Herrera Carrión, quien a sus 22 años tiene dos hijos de ocho y tres años y no sabe leer ni escribr, lo cual le partió el alma.

Separados

Jordan fue separado de su madre cuando tenía dos años. Su papá, Luis Herrera, viajó a León, le pidió “prestado” el chiquito para traerlo a Costa Rica y no lo devolvió más, eso fue hace 22 años.

A lo largo de su vida supo poco de su mamá, por lo que a los 15 años empezó a preguntar más detalles sobre ella y de unos años para acá comenzó su búsqueda de la mujer que lo trajo al mundo el 27 de marzo de 1998, en Limón.

La pareja se había conocido en las bananeras limonenses donde trabajaban y procrearon dos hijos, aunque cuando su padre fue por él, su hermanita no había nacido.

Gracias al contacto que hizo con Radio Darío en esa ciudad nicaragüense, el mismo día que sacaron la nota, gracias a la ayuda de los oyentes, una tía suya, hermana de su mamá, lo llamó y lo puso en contacto con doña María.

Su tía, de la cual no recuerda el nombre, le explicó que era hermana de su mamá y que vivía a tres casas de ella y le preguntó si deseaba hablar con ella de una vez.

“Le dije que sí y estuvimos hablando como por media hora en videollamada con ella y mis hermanos. Todos estábamos muy contentos. Ellos me daban a mí por perdido, me costó, pero los encontré”, compartió ilusionado Jordan en nuestra primera conversación.

En diciembre, espera poder viajar a Rivas, donde su tía Alba Herrera a pasar las fechas de Navidad y fin de año con su madre y su hermana Jilma.