Si hay una persona que se merecía celebrar con todo la copa 37 del Saprissa, es don Antonio Angulo, quien ha estado ligado a la institución morada desde hace unos 50 años.
Angulo es el delegado de campo de los morados y, entre otras cosas, tiene a su cargo el entregarle los balones y chalecos a los juntabolas, velar porque todo en el estadio esté en orden y hasta acompañar a los expulsados a sus camerinos.
Don Antonio es morado de cepa y comenzó a colaborar en Saprissa cuando tenía 14 años. En ese entonces fue asignado como el único juntabolas del equipo, luego pasó a ser delegado asistente y desde 1997 es el delegado titular del club.
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Este señor, quien está pensionado, estuvo en la inauguración de la Cueva, en agosto de 1972 y, para él, el momento más glorioso que ha vivido junto al equipo de sus amores ha sido el hexacampeonato, que finalizó en 1977.
En la actualidad, está a 41 juegos de llegar a los 1.000, ha vivido 959 como el delegado titular del Monstruo y posiblemente ya lo hubiera logrado, pero no pudo asistir a unos partidos mientras había restricciones sanitarias por la pandemia del covid-19.
Don Antonio recordó cuando llegaba al estuche morado siendo un chiquillo y habló de los jugadores que más lo han marcado en la casa del campeón nacional. Desde que llegó al estadio de los saprissistas a la fecha, ha celebrado 28 títulos del equipo más ganador de Tiquicia.
- ¿Toda la vida ha sido saprissista?
Desde que era niño era morado, creo que desde que estaba en el vientre de mi madre, la gente me dice que no ha conocido morado como yo y creo que tienen razón (risas).
En Barrio México vivía con mi mamá Teresa, mi papá Rafael, que había fallecido, éramos 6 hijos y todos morados de corazón.
- ¿Cómo se convirtió en juntabolas?
Yo me iba por mis medios al estadio, vivía en Barrio México, salía del Liceo de San José, tomaba dos buses y estaba en el estadio, pero era juntabolas los domingos.
Los partidos eran domingos a las 11 de la mañana, no había partidos los miércoles, todos los juegos eran a las 11 a.m.
Yo conocía a algunos jugadores de esa época dorada, (Francisco) “Chico” Hernández y Edgar Marín, ellos hablaron con el gerente general Eladio Gómez para que me dejara colaborar con los jugadores.
Los exjugadores Fernando Hernández y Chico vivían por mi casa y era como el consentido de ellos, me llevaron al estadio y así fui conociendo a esos grandes jugadores.
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- ¿Cuáles tareas realiza en el club?
Darle los balones y los uniformes a los juntabolas, organizar la salida de los jugadores y controlar el alumbrado, el árbitro me dice que coloquemos la luz. También recoger las bolas al final, me toca atender a los árbitros y salir con los jugadores expulsados.
La última vez que llevé a un jugador expulsado fue a Marcel Hernández y se comportó a la altura, ellos no se van enojados conmigo.
Siempre llego al estadio por lo menos con 4 horas de antelación, porque me gusta tener todo en orden, buscar el pedestal con el balón, las banderolas, que los extintores estén bien, llevo a los comisionados a que revisen los camerinos.
- ¿Recibe algún salario?
Todo lo hago ad honorem, de hecho, cuando vino don Jorge Vergara ellos ofrecieron pagarme, pero don Evaristo Coronado, quien es un ángel para mí, me recomendó que no permitiera que me pagaran un sueldo y así lo hice. Creo que así es como me chinean más.
Don Juan Carlos Rojas me trata muy bien, a él le agradezco porque cuando llegó me pudo haber sacado del equipo, pero me dejó y también tengo una buena relación con José Francisco Porras.
- ¿Cómo prepara su vestimenta para ir a la Cueva? Siempre se le ve muy elegante.
Hace un tiempo veía un partido del Real Madrid y vi al delegado de campo en el tele, un señor como de mi edad y lo vi vestido con traje entero, muy elegante.
Y yo pensé: ‘¿Por qué no podía llegar así?’, y desde ese momento me gusta andar así, por la calidad del equipo al que estoy colaborando.
- ¿Con cuáles jugadores se lleva mejor?
El jugador más especial es Evaristo Coronado, es una excelente persona y también algunos jugadores extranjeros han sido muy buenos conmigo, como Adrián Mahía, Amado Guevara y recientemente Andrés Imperiale.
- ¿Cómo es su relación con Aubrey David?
El día del partido contra Alajuelense (14 de octubre pasado), había un balón por donde iban saliendo los jugadores del rival y Aubrey iba pasando. Siempre fue muy especial conmigo y ese día lo saludé con mucho cariño, él ya no está en el equipo, pero nos saludamos con respeto.
Mariano Torres para mí es una persona excepcional, le tengo mucho aprecio y les agradezco por la forma en la que me tratan, porque son especiales.
- ¿Qué representa Saprissa para usted?
Mi vida, he estado toda la vida ahí, si bien es cierto no vi jugar a los primeros jugadores como “Catato” Cordero y “Flaco” Pérez, desde que llegué ha sigo maravilloso estar con el club y espero seguirle colaborando por muchos años más.