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Conozca la forma en la que Yokasta Valle convenció a su mamá para que la dejara ser boxeadora

Pugilista se enfrentará este sábado a la venezolana Yenifer León en Hatillo

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Yokasta Valle se sacrificaba en no pedir dinero para que su mamá pudiera ayudar a estudiar y alimentar a sus cuatro hermanas. Foto: Cortesía

El boxeo es un tema que apasiona a Yokasta Valle desde que era muy joven.

Apenas tenía 20 años cuando empezó a soñar con una gran carrera en este deporte, pero en su primera gran batalla no necesitó de los puños, sino de la palabra para convencer a su mamá de que ella había nacido para este deporte.

La persistencia y esfuerzo de la atleta josefina le permitió superar cualquier obstáculo que le apareció en el camino e incluso los regaños de doña Azucena Álvarez (su mamá), quien pasaba en un pura congoja, ya que su hija tenía que entrenar hasta altas horas de la noche.

Como a la mamá la situación no le hacía mucha gracia, Yoka evitaba pedirle los pasajes para desplazarse de su casa, en Paso Ancho, hasta un gimnasio en Alajuela, donde entrenaba.

Durante los primeros años de Valle en el mundo del boxeo, se la jugó como las grandes para viajar en los buses de la Liga con el cuentito de “ahorita le pago” y después ver cómo hacía para bajarse sin que se dieran cuenta. Todo fue parte de ese gran esfuerzo inicial.

"Obviamente yo entiendo a mí mamá, porque uno sale del colegio y la aspiración es ir a la universidad, sacar una carrera y trabajar. Ella me decía que tenía que asegurar mi futuro porque en el boxeo no sabíamos qué podía pasar.

“Siempre le decía que podía llegar a grandes cosas, pero ella me insistía que tenía que tener un plan. Las hermanas de mi mamá u otras personas le preguntaban: ¿Tu hija qué?, ¿sigue de vaga en el deporte?, por lo que ella comía carbón”

06/11/2019, San José, Municipalidad de San José, presentación de la boxeadora nacional Yokasta Valle previos su pelea en el país y también su firma con la promotora estadounidense de Boxeo Red Boxing Promotions representada por Marvin Rodriguez y acompañada por el alcalde de San José Johny Araya. Fotografía José Cordero
La ayuda para Yokasta ahora llega de diversos lugares como desde la alcadía de San José, cuando antes tenía que ir contando cincos. Fotografía José Cordero (Jose Cordero)

Para Yoka fue difícil sentir el estigma de “la vaga de la casa”, mientras trataba de convencer a su mamá de qué creyera que sus entrenamientos no era perder el tiempo como le decían otras personas.

"Yo le decía a mi mamá que me tuviera paciencia porque cuando me fuera bien, iba a ganar una beca para estudiar y en ese momento gané oro en los Juegos Centroamericanos del 2013, el dinero que me gané lo invertí para pagar una carrera en la U.

“Con eso ya tenía a mi mamá un poco más tranquila, pero no podía estar pidiéndole plata para ir a entrenar. Muchas veces me fui caminando desde Paso Ancho hasta la parada de Alajuela en San José (unos cinco kilómetros). Yo hacía todo eso por las ganas de entrenar”, comentó.

Como en toda historia, los grandes atletas necesitan cómplices y Yoka tuvo en su tío, Juan, a quien le ayudó en varias ocasiones con los pasajes para ir a la Liga. Usualmente jalaba a la 1 p. m., a entrenar.

"Yo me iba detrás de él en el bus de San José cuando iba para el trabajo y le decía que me pagara el pase, pero a veces no lo encontraba, entonces tenía que ver qué hacía.

Había un chófer de la ruta de Alajuela que ya me reconocía y me preguntaba qué iba a hacer tanto a Alajuela y le conté que a entrenar boxeo, por lo que me dejaba subir sin pagar. Él me decía que mientras él me llevará yo podía pasar, pero cuando eran otros choferes me tenía que esconder", recordó.

Mucha pulseada

Cuando Yoka llegaba al gimnasio, donde entrena con Marco Delgado, el entrenador que la llevó a lo más alto, empezaba a pensar cómo se devolvería a la casa, a la que llegaba a las 10 u 11 p. m.

“Cuando llegué al gimnasio estaban algunos campeones del momento, por lo que yo no era la prioridad y muchas veces me tocaba esperarme para tener espacios, pero yo siempre iba.

”Marco se quedaba conmigo entrenando en las noches porque era la única hora en la que podía hacerlo, pero no me daban peleas y las otros peleadoras no me daban bola. Hubo un momento en el que me pregunté qué hacía ahí, porque me esforcé y sacrifiqué muchas cosas y aún no veía nada", indicó,

Con el título de las 150 libras de la Federación Internacional de boxeo, Yoka cumplió a su mamá su palabra de qué estaba para grandes cosas. . Foto Facebook

La presión de tener todo en contra fue tanta, que a los 22 años, Yokasta había tomado la decisión de retirarse, por lo que le explicó a Marco cómo se sentía, pero él la hizo cambiar de idea casi de inmediato.

“Él me dijo: ‘Vea Yoka, yo sé que usted será campeona mundial’. Yo le respondía: ‘¿cómo yo?, ¿en serio?, ¿usted cree?’ El me dijo: ‘Sí, claro y le voy a explicar por qué. Usted es la única que nunca falta y que viene todos los días, pase lo que pase y que se espera lo que tenga que esperarse. Yo sé que muchas veces no tiene ni los pases, pero aún así nunca falta’”, explicó.

Después de eso habló con Mario Vega, actual promotor de Yokasta, para que le ayudara a una atleta que tenía todo lo necesario para destacar.

“Mario me empezó a dar los pases del bus y con eso me motivé, con algo tan básico. Él me quitó una presión que para muchos era insignificante, pero que siempre me tenía pensando y me generaba mucho estrés”.

A pesar de todos esos inconvenientes, doña Azucena se enteró hasta hace poco de todas las congojas que tuvo que pasar su hija para cumplir su sueño, una confesión que Yoka le hizo después de haber cumplido su palabra de ser campeona mundial.

La Teja lo lleva a ver la pelea de la campeona Yokasta Valle ante la venezolana Yenifer León, para eso solo tiene que dar clic aquí o entrar en www.lateja.cr y buscar el formulario para quedar participando.

Sergio Alvarado

Sergio Alvarado

Periodista de La Teja, especializado en deportes. Graduado de la Universidad Internacional de las Américas.

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