Después de colgar los tacos en el 2009 por culpa de una lesión que le nubló la vista y también el horizonte laboral, el limonense Reynaldo Parks entendió que el juego no siempre termina en la cancha.
Hoy, lejos del silbatazo y del sudor de domingo, se inventó otro partido: uno sin gradas ni camerinos, donde trabaja duro por los muchachos de su provincia, como cuando defendía cada segundo en la última jugada de una final.
El exdefensor, quien también quedó fuera de la Copa del Mundo de Corea y Japón 2002 por otra lesión hoy está al frente de la coordinación deportiva en la Municipalidad de Limón, donde organiza todo tipo de eventos, para promover el deporte en la comunidad.
Hace unos días, el exjugador del Saprissa trabajó para lograr que Limón sea una de las 26 capitales mundiales del deporte. La provincia obtuvo un reconocimiento de parte de una organización llamada Aces Internacional, que ayudará a destinar más recursos para mejorar la infraestructura deportiva y también a un impulso al turismo deportivo.
Sincero
- ¿Cómo ha sido la vida después del fútbol?
Del fútbol me fui saliendo de a poco, no fue de un solo trancazo. Me retiré en el 2009 por una lesión que tuve en la vista, cuando jugaba con Limón.
Estábamos a un año de llegar a primera división, en un entrenamiento me lesioné y tuve una molestia en mi retina, era muy delicado y por temor a recibir otro golpe en mi ojo decidí retirarme.
Creí que era el momento de dejar de jugar, ya estaba en Asojupro, era el presidente y seguí con ellos hasta el 2014, cuando dejé el sindicato y regresé a Limón.
Seguí en el fútbol con Limón FC en primera división, hasta el 2021 cuando desapareció el equipo por los problemas de la Caja y hoy en día estoy de gestor deportivo en la Municipalidad de Limón, tengo 10 años y me encargo del desarrollo del deporte en el cantón central.
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- ¿Cuáles son sus funciones en la municipalidad?
Todo lo que es coordinación deportiva, planificación de eventos, desde los más pequeños en centros educativos hasta los más grandes como hacer la vuelta al Caribe, que es una vuelta ciclística.
El año pasado organizamos un triatlón en Limón y hubo participación internacional, representantes de seis países y la experiencia ha sido muy buena, porque buscamos a las federaciones deportivas, y eso nos ayuda a disminuir ciertas problemáticas en Limón.
No nos quedamos de brazos cruzados, porque sabemos los problemas sociales que hay en la provincia, siempre me ha gustado apoyar a los jóvenes. Por ejemplo, cuando jugaba en Saprissa tuve una academia en Los Cuadros, en Goicoechea, porque el deporte cambia la vida de los jóvenes.
- ¿Y allá en Limón con quién vive?
Tengo tres hijos, mi familia se vino a Limón cuando me retiré y cada uno se dedicó a estudiar y son profesionales.
Una de ellas estudia Medicina, está en San José haciendo su residencia y tengo un varón, que es estudiante de Derecho, igual está en San José y mi hija menor todavía sí está conmigo y pronto se irá a estudiar a San José, porque claramente allá hay más oportunidades.
- ¿Le hace falta jugar?
Vieras que no extraño el fútbol, jugué por 16 años y luego estuve en Asojupro. Eso sí, no me pierdo un partido, sigo analizando y cuando juega la Sele grito y sufro, como lo sufrimos todos.
- ¿Cuánto afecta al deporte de la provincia el hecho de que no estén Santos y Limón Black Star compitiendo en este momento?
Se siente una impotencia y no hablo sólo de Santos o de Limón Black Star, o sea, es una impotencia de toda la provincia que está sin fútbol. Lo están viviendo los guanacastecos, lo estamos viviendo los limonenses.
El deporte es una herramienta y a través de un equipo de fútbol se apoya a más de 500 jóvenes y ¿en dónde están esos jóvenes de Santos y de Limón? ¿En dónde están esos jugadores de Guanacasteca y de ligas menores?
Los chicos se quedaron sin hacer nada, se les fue una importante oportunidad, que es la vitrina, la exposición que genera el deporte y ahora tenemos que buscar una nueva opción, un equipo que podamos meter a Linafa, para que compita y ojalá llegue a primera división.
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- Ahora que se jugaron los partidos eliminatorios contra Nicaragua y Haití ¿se vienen los recuerdos de aquella lesión que lo dejó fuera de la Copa del Mundo?
La verdad es que no, todo en la vida pasa por algo y fue una etapa que la tuve que vivir con la mayor madurez posible, con un grupo que era extraordinario, o sea, tenemos un grupo de compañeros extraordinarios y a mí me nombraron de capitán de esa Selección.
Fui el único jugador que jugó todos los minutos, cumplí en todos los partidos y lastimosamente no salió la mejor parte, que era ir al Mundial, pero lo disfruté.
Cada etapa de la vida es una experiencia y uno tiene que estar agradecido con Dios, de lo que nos da, no lo con lo que no logramos cumplir y eso yo lo tengo claro. Yo estoy agradecido con Dios por lo que logré y por lo que pude archivar y lo que pude experimentar, con lo que no que se cumplió, tomarlo como una experiencia y en qué me sirve para ayudar a otros.