Enrique Smith, el Capataz, fue un jugador de finales de los noventa que cometió cerca de siete penales en su corta carrera, pero tuvieron un final inesperado.
El exdefensor central conversó con La Teja y contó sus inicios en el fútbol, su particular faceta como penalero (que los cometía) y un retiro inesperado y silencioso del fútbol. Hoy, el jugador trabaja en Kimberly Clark, en Cartago, y dice que su corazón es de león, pero su sangre es azul.
Primero, veamos por qué los penales que cometía Enrique Smith, aproximadamente siete en su carrera, terminaron con un inesperado desenlace y que curiosamente empieza con el primer penal que le sancionaron en primera división, cuando jugaba con Cartaginés en un partido contra Turrialba.
“Ese penal no se vio en las cámaras, pero fue el único penal que me pitaron y que el rival anotó. Fue el único.
“Era algo que inclusive yo hablaba con los compañeros en la banca, como con Ricardo González, cuando me pitaban un penal, yo los volvía a ver y les hacía con la mano (el gesto de tranquilidad)”.
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Incluso, recuerda una historia que sucedió el 9 de febrero de 1997, en su último año con Cartaginés, de visita en el estadio Ricardo Saprissa. Ese día fue protagonista. Él lo recuerda así.
“Me pitaron un penal en un partido que ganamos dos a cero, eso sí, la saqué del ángulo con la mano. Hice el penal y me fui caminando, ese día metí gol, cometí penal y me expulsaron. Creo que fueron cuatro penales que Saprissa no anotó”.
Sin embargo, la realidad difiere un poco del recuerdo de Smith. En efecto, ese día ganó Cartaginés, él marcó un gol, el otro fue de Heriberto Chimi Quirós, y el Monstruo falló penales, pero fueron dos: uno Rónald González y otro Washinton Hernández.
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Lo que pudo confundir a Smith fue que los brumosos terminaron el partido en la Cueva con nueve hombres, pues le mostraron la roja a él y a Jewison Bennett.
Breve paso
El jugador tuvo una carrera muy corta en el fútbol nacional, apenas duró ocho años, de los cuales, jugó cuatro con el Cartaginés y cuatro con la Liga.
Fue bicampeón con el León y tuvo un retiro prematuro, a los 31 años, luego de un debut algo inusual, a los 23 años.
En esta nota resumimos parte de la conversación que Smith tuvo con La Teja, pero en la entrevista completa cuenta más anécdotas, entre ellas cómo fue su llegada a la Liga y su vida después del retiro.
Retiro en silencio
Smith debutó en el 93-94 con Cartaginés, equipo con el que jugó hasta el 96-97.
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Aún teniendo contrato con el cuadro brumoso, sucedió lo impensable. La Liga lo quería y él expresó que no podía irse por su vínculo con los brumosos, pero con un año de contrato, los brumosos le dijeron que no contarían con él y jaló para la Liga.
De esa forma, Smith fue a firmar con los rojinegros el día que firmaba el brasileño Rodinei Martins y la prensa lo vio y los periodistas le preguntaban: “¿qué hace aquí?“. ”Aquí me van a ver por un tiempo", respondió.
Con la Liga fue bicampeón en el 1999-2000 y 2000-01, con Guilherme Farinha y cuando llegó Jorge Luis Pinto, no lo renovaron.
De esa forma, con 31 años, se quedó esperando una llamada que nunca llegó. Esperó algún club interesado y tampoco cuajó nada y decidió ir a trabajar a Estados Unidos. Se fue sin que nadie supiera, en un retiro silencioso.
Hoy Smith trabaja en Kimberly Clark, en Cartago y sigue viviendo en Turrialba. Es parte del departamento de logística y tiene a su cargo doce personas, como un verdadero capataz.
“Yo les digo a ellos que la responsabilidad mía es que ellos estén bien, así el trabajo va a fluir. La empresa me abrió las puertas sin conocer absolutamente nada del proceso. Fui creciendo, fui subiendo un poquito y ahorita soy coordinador de carga”.
Smith está casado desde su época de jugador, tiene una hija y vive con mucha paz y tranquilidad. Siempre fue ordenado, enfocado en su familia, alejado de los problemas y con un perfil muy bajo en los medios de comunicación, aunque siempre atendía.
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Del área grande a la logística, Smith cambió el uniforme y la presión, pero no su estilo: perfil bajo, liderazgo silencioso y un corazón que late dividido entre el León y la sangre azul.