Cualquiera que recuerde el fútbol costarricense durante los años 80 tendrá en su mente a Jorge Manuel “Gugui” Ulate, un delantero que marcó toda una época en Tiquicia.
El Gugui como se le apodó siempre, era un matador de esos que ya no quedan en el país, con una facilidad increíble para el gol. Clubes como Alajuelense, el equipo en el que es más recordado, gozaron mucho con sus anotaciones durante varios años.
Los libros de historia recuerdan a Ulate como “un goleador implacable”, la obra “Historias de lucha, pasión y goles” de los periodistas José Antonio Pastor y Javier Rojas, es clara.
“Formidable goleador que debutó con el Club Sport Herediano, pero que se dio a conocer en el fútbol nacional con el Municipal Puntarenas cuando los chuqueros consiguieron el subcampeonato nacional. Tal es su potencial que los florenses lo repescan de cara a la temporada de 1979, en la que el club conquistaría el título nacional.
“En 1984 ficha para Liga Deportiva Alajuelense, equipo con el que se consolidó como una de las principales figuras del fútbol nacional, ganando el campeonato nacional de 1984 y los cetros de goleo individual durante dos años consecutivos (en 1984, con 20 anotaciones y en 1985, con 23), algo que nadie conseguía desde los tiempos de Errol Daniels”, destaca el texto.
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Las proezas del Gugui siguen más presentes para aquellos que ya cargan algunos añitos y pese a que dejó las canchas hace algunas décadas, su sencillez y buen trato con la gente es algo que no pierde, su trabajo como taxista, al cual le entró luego del fútbol, le permitió mantener esa cercanía con los aficionados.
La Teja habló con don Jorge sobre su vida fuera del fútbol y cómo lo recuerdan tras muchos años de retiro. Gugui nos contó que ya se la tira más tranquilo, pues hace como un año se pensionó.
“Yo ya estoy pensionado, no vivo de la renta porque tengo una pensión baja, pero vivo tranquilo, normalmente salgo a caminar (en el cantón central de Heredia, donde vive), a hacer mandados, pero uno se vuelve más sedentario por la edad.
“A mí joven me gustaba mucho salir a andar en bicicleta, ya ahora no lo hago porque es muy peligroso, para eso hay que tener un proceso de no haberse dejado la bici por muchos años, que ya son mucho y tendría que meterme al gimnasio y hasta ganar masa muscular, porque ya los reflejos de uno no son iguales. Además, tengo algunos dolores de cadera y rodilla, entonces para mí es más adecuado caminar”, destacó.
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La experiencia de ser taxista la recuerda muy bien, es algo que le gustaba por el trato con la gente, ocupación que combinaba como entrenador de liga menor, aunque le quedó un clavito de haberse dedicado a algo más.
“Toda la vida he vivido en Heredia, entonces soy una persona muy conocida ahí y siempre había de que conversar con la gente que me conocía, más que yo también jugué con Herediano. Ahora ya son pocos los jóvenes que se recuerdan de uno, porque ya es otra época.
“Uno tiene que agradar en todo lo que se meta, ahora a la edad uno, pienso que tal vez debí haber hecho otras cosas, por ejemplo mi papá y mi hermano tocaban guitarra y yo no aprendí, ahora me gustaría mucho hacerlo, haberlo aprendido porque siempre me gustó la música, pero en el tiempo que quisieron enseñarme, yo solo tenía ojos para el fútbol, porque yo hasta en el tiempo ocioso jugaba al fútbol”, recordó.
El taxi es propio y todavía lo tiene, a veces sale un rato, pero ya no con la obligación de antes, cuando le daba diez u once horas diarias a la manejada.
“Ser taxista es duro, ahora lo que hago es que, como tengo otras entradas, ya no dependo de eso y lo puedo regular, entonces manejo menos”, destacó.
Hay que tirar más
De su tiempo como jugador recuerda que lo que más disfrutaba era precisamente estar adentro de la cancha, el momento del partido, el correr, el jugar.
“Uno lo que más recuerda es que a uno le gustaba mucho el fútbol, me gustaba mucho jugar, era muy estresante para mí estar en banca, para mí la vida era jugar, estar dentro, ya luego estaban los entrenamientos, cuidarse y esas cosas, pero lo mío era jugar, por eso tenía que tratar de mantenerme a un nivel más o menos bueno”, destacó.
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El Gugui se despidió dando un consejo para los delanteros de la actualidad, ya que nota algo que los perjudica cuando ha visto partidos del fútbol nacional.
“Yo lo que veo es que hay pocas opciones a marco, para hacer goles hay que fallar, no se puede ser infalible o hacer el cien por ciento, pero hay que intentarlo, yo veo que en primera división hay partidos con muy poco remate a marco, el jugador no arriesga.
“La generalidad de un equipo manda que hay que buscar el marco, de eso se trata el fútbol, intentar llegar al otro marco. Lo real es que hay que defender y atacar, pero algunos solo defienden y no atacan”, finalizó.