Uno de los vehículos más icónicos en la historia de la televisión, sin duda, es la camioneta GMC Vandura negra con rojo que acompañó a Los Magníficos en todas sus aventuras en la memorable serie que se emitió entre 1983 y 1987.
Este chuzo era uno de los grandes protagonistas del show, y apareció en los 98 episodios que tuvo a lo largo de cuatro años, por lo que enamoró a toda una generación que creció viendo al grupo de héroes desafiar muchas veces lo imposible a bordo de esta nave.
Don Wálter Bonilla, un mecánico de Pérez Zeledón, es uno de los tantos fiebres que quedaron marcados, por lo que desde que era un niño soñaba con un día tener un chuzo igual al que manejaba el sargento Mario Baracus, el encargado de llevar al grupo a todas partes.
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Desde hace 17 años, el hombre compró una idéntica, modelo 1985. Apenas le llegó, no tuvo dudas de que quería transformarla para que, al menos por fuera, le quedara igualita a la que manejaba el famoso Mr. T en la serie.
“La principal diferencia es que la camioneta original es de 1983, hay otras diferencias, pero solamente alguien que conozca mucho de carros se daría cuenta, pero a simple vista, la gente la ve en la calle y es igual y se sorprende bastante.
“Aun tantos años después la gente se acuerda y me piden permiso para tomarse fotos, me hacen muchas preguntas; hasta oficiales de tránsito me han parado, me piden los documentos, pero en realidad, es para verla, son cosas que pasan con frecuencia”, explicó.
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Bonilla nos contó que cuando era chamaco le encantaba la serie; con menos de diez años, se sentaba solo frente a la tele a ver las aventuras de Hannibal, Faz, Murdock y Mario, y cómo siempre lograban escapar a bordo de un vehículo que lo enamoró.
“Esto fue un sueño de la infancia, cuando eso uno estaba muy carajillo y la situación económica tampoco ayudaba. Apenas se me presentó la oportunidad, la compré y la pinté. Es una serie de la que siempre fui muy fan, todavía uno las puede ver en Facebook o YouTube”.
A lo largo de los años la fue trabajando, poco a poco, para que sea el clon del modelo original.
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“Hace poco le compré los aros, que fueron traídos de Estados Unidos, por lo que ahora tiene los originales de la serie. Ya le metí halógenos en el techo, le puse los del frente; además, unos estribos y como siempre, le vamos metiendo cositas”, comentó.
A una joyita de esta magnitud es normal que le salgan novios, gente interesada en llevársela. Don Wálter nos contó que le han ofrecido sumas bien altas, sorprendentes, pero a todas las rechaza porque para él es más que un carro, es parte de su familia.
“A la familia no se vende, sino que se le cuida y él es parte de la familia. Yo espero que mis hijos a futuro lo conserven, porque ellos igual lo aman mucho, casi más que a mí”, contó entre risas.
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Hasta en eso se parece la relación que tiene don Wálter con el chuzo, pues al igual que Mario Baracus en la serie, no dejaba ni que lo tocaran otras personas, pues lo cuidaba como a la niña de sus ojos, pese a que les pasaban accidente tras accidente.