La resaca de alegría rendirá sin duda los siete días de espera entre la semifinal ante Olimpia y el primer juego de la final de la Liga Concacaf que se disputa este jueves (8 p.m.) contra Motagua, en el estadio Ricardo Saprissa.
Ya en Tibás están esperando a las Águilas Azules con ansias, buscando meterle muchos goles, igual que al León catracho que se llevó un 4-1 y quedó eliminado en una noche mágica en la Cueva.
La felicidad acompaña a los más experimentados y los más pollitos.
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“Muchos no habían vivido ese momento o noches mágicas, no habían sentido lo que era jugar en Saprissa así, con ese ambiente y adversidad, ya lo vivieron, eso sirvió de aprendizaje, para nosotros debe ser un golpe anímico positivo, sabiendo que si se juega así de esa manera hay más posibilidades de que ganemos una final, hay resaltar siempre lo bueno”, comentó el defensor, Alexánder Robinson.
El experimentado defensor aseguró que aprendieron de los errores cometidos por el Olimpia en la Cueva.
“Uno aprende de las victorias y las derrotas, normalmente Wálter nos dice que el primer partido dicta mucho lo que va a ser el segundo y bueno, para nadie es un secreto que como se dio, en la serie pasada, el primer partido en Honduras teníamos que darlo todo en el segundo, entonces vamos a tratar de nosotros sacar la mayor ventaja que se pueda y aprender de los errores que cometió, en este caso, Olimpia para no cometerlos al tener una ventaja”, dijo Alex.
“Todos esos detalles cuentan y pueden ser la diferencia para que un equipo sea campeón o no”, agregó.
Esa noche mágica tiene inspirado a Suhander Zúñiga.
“Para mí fue increíble, los compañeros de más experiencia me hablaban de las noches mágicas y lo que se vivió fue mágico, por ahí ahora el equipo está con mucha más ilusión, ese partido nos ayudó mucho, el grupo está muy unido y ahora el jueves tenemos que pensar fuerte en eso porque ya es otro partido”, dijo Zúñiga.