Orlando Galo pasó momentos muy difíciles en el año que estuvo inactivo del fútbol por la sanción por dopaje, estuvo lejos de las canchas, se perdió el Mundial de Qatar, pero lo más bravo de todo fue lo pasó con su papá, del mismo nombre.

Para muchas personas que don Orlando esté vivo hoy por hoy es un verdadero milagro, la noticia de lo sucedido con su hijo lo golpeó muchísimo por cómo se dieron las circunstancias, dado que la suspensión se dio por una situación accidental que el futbolista a la larga pudo demostrar que así fue.

Galo nos contó sorprendido cómo su tata salió adelante tras sufrir seis infartos y además una caída de seis metros desde una escalera, sin duda, fueron épocas muy difíciles en todo sentido.

Después de tantas pruebas el mismo jugador incluso se va preparando a la idea de cuando ya no lo tenga.

“Mi papá ha padecido de mucho en el tema de la salud, pero Dios siempre ha estado presente en nuestra familia y el tiempo de Dios es perfecto, cada uno descansará cuando él así lo quiera, con Dios siempre presente y lo vamos a tomar de la mejor manera, será una situación dolorosa que un ser querido descanse, pero lo hará en la gloria de Dios. Te puedo decir que estamos un poco preparados en el tema, pero nunca es bonito, siempre es duro”, explicó

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Una de las dificultades que tenía es que por la caída tan fuerte, no le podían realizar una resonancia magnética, pero al final con mucho apoyo, se pudo recuperar y hasta fue al partido del sábado anterior de los rojiamarillos cuando jugaron ante Puntarenas en el Colleya Fonseca.

Hoy por hoy Orlando tiene a su tata en vigilancia seria con nutricionista, cardiólogo y diversos especialistas que lo cuidan para que esté puras tejas. Está muy atento siempre de él.

“Gracias a Dios ya está muy bien, creo que las personas y los ángeles que Dios puso en el hospital Monseñor Sanabria para salvarlo me ayudaron con todo, ahí es donde lo tratan porque es el hospital más cerca que tenemos de Jacó, siempre va a urgencias ahí, pero di, al final él dice que es el hotel de él, donde tiene el hospedaje, dice que una vez al año no hace daño”, destacó.

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Esforzado

Don Orlando es un hombre trabajador, un mecánico de esos pulseadores que hasta sacaba dinero del almuerzo para que su hijo pudiera ir a entrenar a Alajuela, cuando estaba en las ligas menores de Alajuelense antes de que pasar al Herediano en el 2019.

Por todos esos motivos es que su cumiche se siente tan comprometido con sus papás y ahora que ha podido mejorar su situación por el fútbol, los quiere aprovechar el tiempo que pueda.

“En realidad mi papá ha hecho las cosas muy bien siempre, se ha esforzado por mi mamá y por nosotros, creo que somos hombres honestos y honrados , siempre han trabajado por eso y por el don de la vida, ese dinero que buscan tener para alimentación y otras cosas y además las bendiciones que Dios me ha dado para darle a mi familita.

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Cuando don Orlando salió del hospital Monseñor Sanabria en Puntarenas por sus problemas de salud, pasaba mucho en su cuarto adonde estaba tan triste que hasta mandó a sacar el tele del cuarto, pues no quería saber nada por lo que estaba atravesando su muchacho.

“Creo que él estuvo hasta seis meses sin televisión, no tenía cable porque no quería ver nada, eran momentos muy difíciles, hasta que ya volví yo a entrenar y a la cancha es que ya quiso ver televisión. Antes solo veía YouTube páginas sobre cómo construir carros, pero el fútbol en general le había dejado de gustar, lo dejó de ver del todo, por dicha ahora ya le está gustando de nuevo y lo volvió a ver”, confesó el volante florenses.

Ante la circunstancias, Galo nunca pierde de vista a su familia a sus papás, a su hermana y a su sobrinito de cuatro meses, pues sabe que lo más especial que tiene en su vida son ellos.