Este sábado Orlando Galo cerrará uno de los capítulos más duros de su vida y de su carrera, cuando finalmente vuelva a un campo de juego, tras cumplir una sanción de un año por un caso de dopaje.
Las cosas al final se resolvieron bien para él, ya que pudo demostrar que no hubo ninguna intención ni ánimo de trampa en sus acciones, pero tuvo que esperar muchos meses para volver a jugar y no fue sencillo. Afortunadamente, Galo encontró en su familia y en su novia, Jimena Bogantes, un soporte fundamental para soportar tan dura prueba.
Bogantes estuvo todos los días a su lado y jugó un rol vital, ya que lo escuchó, lo aconsejó y lo convenció de que todo pasaría y que volvería a jugar de nuevo, según nos relató.
Sin duda alguna, los días más duros fueron los primeros cuando ni el mismo Galo entendía qué estaba pasando y su ánimo decayó, pues debido a lo sucedido perdió la posibilidad de ir a un Mundial, momento en el que Bogantes tuvo que llenarse de fortaleza para que Galo no se quebrara.
“Fueron días realmente complicados, saber que estaba simplemente a días del Mundial, que era el sueño que él tenía y saber que por una razón que era ajena a él y a todos nosotros, el sueño se derrumbó”
“Por más que fuera difícil para mí, yo tenía que ser un apoyo para él, tratar de sostenerlo junto con su familia. El apoyo de Jafet (Soto), de todas las personas de Heredia, de la afición, ha sido superimportante para superar esta prueba y aferrarnos siempre a Dios”, dijo.
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- Él estaba con el ánimo muy bajo y a usted le toca ser más fuerte y no mostrarse igual, ¿esa era la parte más dura para usted?
Correcto, a veces había días en los que él amanecía que no quería ni comer, que solo quería llorar y estar acostado y tal vez yo me sentía igual, pero me tocaba levantarme, ser más fuerte y ayudarlo, era difícil.
-¿Cómo fue el día de la noticia?
Recuerdo que un día que salió del entrenamiento, le dieron la noticia, él me llamó y me dijo: ‘amor es que pasó algo muy malo’ Imaginé que había pasado cualquier cosa, infinidad de cosas, menos eso. Jamás me pasó por la mente, se vino para la casa y me pidió que buscara todas las cremas y cosas que tenía y que él se había puesto.
Todos se lo mandamos al doctor y todo estaba limpio, nada de lo que él o yo usábamos podía ser causante de la contaminación. Ese día fue muy raro, porque al principio nos preguntábamos por qué había pasado y después fueron días de solo llorar y llorar. Nos aferramos mucho a Dios, Él nos ayudó a salir de esto, a recuperar el ánimo, entrenar y darlo todo. Él fue muy valiente.
-Orlando es un futbolista experimentado que sabe lidiar con la chota, memes y burlas en redes sociales, pero para usted y la familia, ¿cómo fue esa parte?
Fue muy difícil la verdad, supongo que en el caso de él, sabe cómo manejarlo, pero para mí, sí fue muy difícil esa parte, leer tantos comentarios de personas que no piensan ni ven más allá. No son conscientes de lo que puede afectar a una persona.
Para los papás de Galo fue algo muy difícil, el papá pasó mucho tiempo sin ver televisión. La pasamos muy mal, sin ver redes sociales ni lo que la gente ponía. La cólera que más da es que uno sabe que no fue nada intencional. Al final nos tocó no prestar atención a los comentarios de personas que no suman nada.
-¿Qué has aprendido de la persona que Orlando era hace un año a la que es hoy? ¿Cuán diferente lo ves, luego de todo esto?
Honestamente me siento sumamente orgullosa de él y se lo digo todos los días. Me siento muy afortunada de estar al lado de él durante todo este tiempo, cambió y maduró muchísimo, es una persona completamente diferente, nunca se dio por vencido, tuvo la oportunidad de comprar un lote, de comprarle una casa a los papás. Ahora viene con más fuerza y ganas de darlo todo y de cumplir ese sueño que aún tiene.
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-A pesar de los tiempos difíciles, también fue un momento para cumplir sueños...
Correcto, así es, fue difícil en el sentido que no podía entrenar ni jugar con sus compañeros o ir al Mundial, pero invirtió ese tiempo en otras cosas importantes como construirle una casa a sus papás, pasar tiempo con ellos, ha estado estudiando e invirtió el tiempo positivamente.
-¿Hace cuánto se conocen?
De conocerlo tenemos más de siete años, primero éramos amigos y ahí anduvimos y terminamos, pero ahorita llevamos dos años. Yo lo conozco hace mucho, desde que él estaba en las ligas menores de la Liga.
-Hablamos del sueño frustrado que fue el Mundial, pero a su edad (23 años) tiene todo el chance para jugar dos o tres Mundiales
Claro, esa es la meta, es por lo que trabaja todos los días.
-¿Se lo ha dicho?
Por supuesto, eso es lo que él más quiere.
-Para ustedes como pareja también fue un año en el que demostraron mucho apoyo y fidelidad ¿Cómo están hoy?
Se lo dije a él desde el primer día que pasó esto, que no lo iba a dejar solo, que lo iba a acompañar y que él era capaz de superar esta prueba y que con Dios de la mano, lo íbamos a superar.