Si bien la lucha a caballo o la caza con águila están entre los deportes más populares de Kirguistán, el país tiene ahora puestos los ojos en la Copa de Asia de fútbol, torneo en el que su selección nacional participa por primera vez.
Los “Halcones Blancos” kirguises cayeron 2-1 ante China este lunes en su primer partido, pero no renuncian a avanzar a la siguiente fase, con sus próximos duelos ante Corea del Sur, la favorita de la llave, y Filipinas.
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Un grupo difícil que no asustaba antes del torneo al seleccionador Aleksandr Krestinin:.
“Somos un equipo serio y competitivo y vamos a luchar para pasar a los octavos de final.
“Es algo nuevo para nosotros, pero todo el país está apoyándonos, hay muchas emociones positivas en el país desde que nos clasificamos para la Copa de Asia”, añadió el técnico ruso a la AFP.
Sin embargo, el fútbol está lejos de ser el deporte nacional en esta antigua república soviética.
Kirguistán es un país de seis millones de habitantes, situado entre China y Kazajistán, la sociedad kirguís está orgullosa de sus tradiciones nómadas y de los deportes ecuestres ocupan una plaza importante.
Cerca de una veintena de deportes de lucha, la mayoría a caballo, son originarios de este país montañoso del Asia Central. El más conocido: el ‘buzkashi’ o ‘kokpar’, en el que los jinetes se disputan una armadura de cabra decapitada para llevarla a la zona de marca rival.
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Es complicado para el fútbol competir frente a estos deportes tradicionales extremadamente populares en Kirguistán.
La selección kirguís se encontraba aún en el fondo del abismo de la clasificación FIFA en 2012, pero bajo el mando de Aleksandr Krestinin ha realizado un salto espectacular, llegando a alcanzar la plaza 75 en mayo de 2018.
Actualmente es 91 de 211 países, por delante de otras selecciones de la región como Catar, Uzbekistán o Corea del Norte, y cuenta en sus filas con jugadores de talento como Valeri Kichin (del Enisei Krasnoyarsk ruso) o Vitaly Lux (del SSV Ulm alemán).
“Clasificarse para la Copa de Asia es algo realmente formidable para nosotros. ¡Hacía tantos años que el país lo esperaba!”, explicó el seleccionador Krestinin, cuya selección se ha aprovechado de la ampliación del número de participantes (24 por 16 anteriormente).
"Tratamos de jugar un fútbol moderno. La federación kirguís de fútbol trata de desarrollar este deporte pese a la falta de apoyo del gobierno", añadió el ruso.
Si bien la misión de avanzar en el torneo parece complicada, Kirguistán sigue soñando con seguir haciéndose un hueco en el deporte rey.
“Enfrentarse a los mejores equipos con grandes jugadores es lo ideal para que mejoremos tanto como equipo como individualmente”, dijo Krestinin, que tomó las riendas de la selección kirguís en 2014,
“No tenemos nada que perder y todo a ganar”, concluye.