Saprissa siempre “rajaba” con los tifos, esas mantas impresionantes que encendían a la afición, que metía ánimo por lo espectacular que lucían, generalmente, antes de un clásico o de un partido importante.
El sábado eso no pasó en el juego ante Alajuelense. Al mal momento con el que Saprissa llegaba al partido, se sumaron claros en la gradería, un recibimiento opaco, que no estuvo a la altura de Cultura Saprissa, encargados de esos recibimientos.
El tifo no gustó a los aficionados y, por encima de todo, se trabó y ni siquiera salió bien lo que tenían pensado.
Consecuencia: la gente nunca se encendió y, si en un gran tramo del juego, se mantenía una mechita encendida con el 0 a 0, Anthony Hernández echó agua fría, al minuto 50, para apagar la ilusión morada.
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Saprissa no pudo ni rajar con el tifo, que más bien, suma otra rayita al montón de inconvenientes que suman los morados: eliminados de la Copa Centroamericana la semana pasada, perder el clásico en Tibás, en ligas menores, no le ganaron un partido a la Liga (cuatro empates y cuatro derrotas), perdieron en femenino contra Herediano 4 a 3, deuda financiera, bajo rendimiento de muchos jugadores, fichajes que no rinden… y la lista parece no tener fin.
El tifo fue patrocinado por Omnilife y eso de algún modo limitó la creatividad y la chispa de Cultura Saprissa.
Alberto Zamora, un aficionado, expresó el sentir de los morados con ese tifo: “El peor de todos, las cosas no salieron como se planearon. Desde ahí, la noche no pintaba bien”, expresó.
“Sí afecta el ánimo, pero afecta mucho más sentarse a ver un juego donde, de antemano, sabes que tu equipo es muy limitado, que viene de fracaso tras fracaso”, opinó.
José Solano escribió en el Facebook oficial de Saprissa: “De tifo a tufo. ¿Cómo amaneció ese tufo hoy? Manda huevo, después de gastar todo lo que recolectaron por Sinpe a mil colones”.
Lop Randy escribió, en ese mismo perfil: “Qué tifo más feo; usualmente, hacen unos muchos mejores, el peor que he visto”, expresó.
Esteban Mora, estratega en comunicación, explicó que cuando una institución con una marca tan consolidada como Saprissa, vende un elemento tan arraigado a la afición, que lo sienten propio, se siente como una traición.
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“El problema es que no hay forma de ponerlo en números, pero esa manta es parte de Cultura Saprissa, no pueden tocarla ni venderla, forma parte de la cultura del equipo y si la vende, dejas de ser vos, irrespeta a la afición y Saprissa depende de la afición. No se le puede romper el corazón a la afición, vendieron la identidad”, manifestó.
Significado
El tifo era un recuento de la gloriosa historia de Saprissa. En un extremo estaba la zapatería Leiva, donde se fundó el club, con el 1935.
También se observa a los jugadores levantando el hexacampeonato histórico, logrado en 1977, una leyenda del 2005 que decía mundialistas (por el Mundial de clubes) y en el extremo derecho, una avioneta en la que se leía Omnilife. El título general fue “Menos años más historia”.
Sergio Pacheco, de Cultura Saprissa, explicó lo que quisieron dar a entender y el fallo técnico que echó a perder parte del recibimiento.
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“La idea era hacer un recorrido por la historia de Saprissa, con elementos relevantes como la fundación, el hexacampeonato, por ahí estaba el título 40 y agregar movimiento, que no era la primera vez que se hacía. Ya en un tifo de Marco Antonio Rojas lo habíamos hecho”, dijo.
No obstante, el viento jugó en contra, hizo que parte de la estructura del tifo se moviera más de la cuenta y los cables terminaron enredándose. Pacheco reconoció que no salió como esperaban.
“Desde el 2018 que estamos en Cultura Saprissa, tenemos una trayectoria impecable y llega el momento en que algo no sale. Es un poco de todo, quizás si ganamos no pasa nada. La gente estaba frustrada”, añadió.
Explicó que en otras ocasiones, dos horas antes del inicio de un clásico, las graderías están a reventar y se siente la energía en la Cueva, pero el sábado no fue así. “Había claros en el estadio”.
En cuanto al patrocinio, dijo que en otras ocasiones han sido financiados por marcas como Liberty y que llevar a cabo esas representaciones puede costar hasta diez mil dólares, por lo tanto, las cuotas voluntarias no alcanzan.
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“He visto comentarios que dicen que nos vendimos a la directiva, es frustración. No sé cómo quedamos para la próxima, no sé cómo quedó la gente de Omnilife”.
El mal momento, sin duda, se reflejó en algo en lo que Saprissa ha dado cátedra desde el 2018, ahora, solo esperan retomar el camino, en lo deportivo, en lo financiero, y hasta en lo artístico, como suele hacer el Monstruo.