Es sencillo adivinar lo que pasó por la cabeza y el resto del cuerpo de Keylor Navas mientras escuchaba ansioso las palabras del presentador que preparaba su ingreso al estadio Santiago Bernabéu, la tarde del domingo.

Emoción, alegría y motivación serían algunas de las sensaciones que invadieron al arquero tico en el preámbulo de su caminata por la lujosa tarima que preparó el Real Madrid para recibir a los bicampeones de la Liga de Campeones de Europa.

"Anoche volvió a sacar su mano salvadora, la prueba que desde la humildad se puede ser muy grande. Trabajo y constancia para defender nuestra portería, ¡pura vida Keylooooooor!", dijo bien inyectado el maestro de la ceremonia a lo que la fiel afición blanca respondió: "¡Navaaaaas!".

En seguida, nuestro Halcón apareció en el escenario, agarró una bufanda del Madrid que llevaba puesta y comenzó a moverla de un lado a otro.

Ni siquiera en sus mejores sueños imaginó recibir tanto cariño y tantos reconocimientos a nivel mundial. Él mismo acepta que esto supera cualquier cosa, como lo que muchas veces hemos escuchado que la realidad supera la ficción.

"Estoy muy contento, muy agradecido con Dios porque esto es algo increíble. Son cosas únicas, uno se las puede imaginar, pero esto sobrepasa la imaginación", reconoció Navas en los micrófonos de la televisión oficial del club blanco.

También se refirió en esa corta entrevista al atajadón que le pegó al jugador bosnio de Juventus, Miralem Pjanic, a los seis minutos de iniciada la final en el estadio Millenium de Cardiff, Gales.

"Estaba atento y concentrado. En el momento que remató no pude ver, pero cuando vi la bola la tenía encima, intenté reaccionar rápido y la saqué. Estoy contento por poder ayudarle al equipo", manifestó el guardameta.

Navas tocó el tema de su familia y de cómo compartiría dentro de unos años este gran momento con su hijo Mateo, al que tenía alzado mientras le hacían las preguntas.

"Mi familia es mi apoyo, mi ilusión y mi motivación. Cuando esté grande (Mateo) verá videos y le contaré de todos estos momentos lindos", expresó Navas.

Después de esta intervención, los comentaristas del canal del Real Madrid hablaron que el mejor Navas apareció en el momento más decisivo de la temporada.

Pachanga tempranera

Desde la mañana, miles de merengues taquearon las principales calles de Madrid para ver pasar a sus ídolos, que visitaron primero la Casa de Correos de Madrid y el Ayuntamiento donde sus seguidores cantaron y contaron una a una las doce copas ganadas a través de la historia al ritmo de Marcelo y Sergio Ramos. 

El club siguió hacia la plaza de Cibeles, en el centro de la ciudad.

La locura fue total cuando el equipo recorrió las principales calles de la ciudad en un bus descapotado. Por cierto, al frente del camión viajaba Keylor, que tomó fotos y saludó a los fans que gritaban su nombre.

Uno a uno los jugadores bajaron del bus y los aficionados cantaban para celebrar el título.

El momento cumbre en esa plaza histórica llegó cuando los capitanes Sergio Ramos y Marcelo subieron para cumplir con la costumbre de coronar a la diosa Cibeles con la bandera del Real Madrid y luego ofrecerle la Copa de Europa. 

El Madrid goleó 4-1 a la Juventus convirtiéndose en el primer equipo en repetir el título de manera consecutiva en la era de la Champions.

Hace apenas dos semanas, el Real Madrid celebró en el mismo lugar su primer título de la Liga española en cinco años.

Con su tercer título europeo en cuatro temporadas, el club dirigido por Zinedine Zidane ha abierto una nueva era de supremacía en el continente.