Llegar a lo más alto que se puede llegar en su deporte y en su categoría, esa fue la meta que se propuso el costarricense Edgardo Picado cuando partió al Campeonato del Mundo Paralímpico de Lucha de Brazo (pulsos) en Rumia, Polonia.
Tras superar en semifinales al húngaro Zoltan Rojko y en la final al francés Gregory Colol, el tico alcanzó el mayor triunfo de su exitosa carrera, el cual superó al del día anterior, cuando consiguió la medalla de plata en los 90 kilogramos en brazo izquierdo.
Decidido a retar la historia e inspirado en su capacidad, Picado llegó a la final de los 90 kilos, pero esta vez en brazo derecho, esperando un resultado diferente al del lunes, que no era malo, pero él sabía que podía ir más.
En sus anteriores siete intervenciones en campeonatos mundiales, Edgardo había logrado cuatro medallas de plata y tres de bronce, por lo que su cuenta pendiente era el oro y no quería dejar pasar la oportunidad.
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“He vivido un gran año, fui segundo en el panamericano en Brasil, tercero en el campeonato mundial en Turquía y ahora campeón acá, este es el sueño de cualquier atleta, representar a su país y ser el número uno del mundo, después de cinco años de intentarlo, conseguimos esto, es una gran bendición”, dijo el campeón al periodista Rodrigo Murillo.
Edgardo Picado es atleta becado del ICODER, en la categoría Avanzado Mayor, y pudo realizar el viaje por la ayuda que le dio el Instituto del Deporte, al que agradeció por todo el apoyo.
“Agradezco también la ayuda de mi entrenador Adrián Badilla, quien ha estado velando por las cargas de trabajo y la intensidad para ir subiendo de nivel, por todo lo que ha hecho por mí. Ha sido un año de mucho trabajo, pero que se vieron resultados”, finalizó con satisfacción el fortachón campeón.