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Ronaldinho cumplirá un mes de estar metido en el tabo

Exastro y su hermano Roberto podrían seguir en el tabo durante cinco años

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Ronaldinho Gaúcho cumplirá este lunes un mes de estar preso en Paraguay, país en el que ha vivido un calvario desde que llegó para participar en unas supuestas actividades con fines benéficos y que culminó en su encarcelamiento.

A Dinho lo tienen guardado en un cuartel de la policía en Asunción acusado, junto con su hermano Roberto, de uso de pasaporte adulterado.

Los hermanos Assis Moreira se exponen a una pena de cinco años en el tabo por ese delito.

“Se quedarán en el país todo el tiempo que sea necesario”, dijo el fiscal Federico Delfino a periodistas.

Ellos están feos, porque los sometieron a una investigación mayor por producción y tráfico ilegal de pasaportes, en la que ya están imputadas 16 personas.

Sus compañeros de encierro reportaron que hace dos días el campeón mundial con Brasil en Corea del Sur y Japón-2002 perdió con su pareja de turno una disputa en futvóley contra otros dos presos, uno con sentencia por asesinato y otro por robo, competencia que se viralizó en las redes sociales.

Nadie se responsabiliza de las filtraciones que se producen sobre las actividades que realiza el famoso exfutbolista, ya que reos y custodios temen un castigo por violación del reglamento interno.

Su amigo y excompañero en el Barça, Carles Puyol, admitió que habló con él por celular, justo cuando informaciones señalan que la fiscalía le devolvió su aparato.

Su cumpleaños número 40, el pasado 21 de marzo, no pasó desapercibido. En el penal le hicieron un asado y varios de sus amigos del fútbol lo saludaron por Facebook e Instagram.

La salvada para Dinho es que los bichos y los policías con los que se relacionan, lo adoran y hacen lo imposible por hacerle la vida llevadera.

Su calvario

El 4 de marzo, Ronaldinho, exdelantero del París Saint-Germain, AC Milan y el Gremio, entre otros, era recibido en forma apoteósica en el aeropuerto internacional de Asunción.

Unos 2.000 niños y adolescentes corearon su nombre desde que apareció en la sala de desembarque. Los menores estaban vestidos con camisetas amarillas como un homenaje al recordado '10' de la selección brasileña.

Habían sido reclutados por la fundación caritativa Fraternidad Angelical, dirigida por la empresaria Dalia López.

Pero esa noche comenzó su calvario. Una comitiva policial y judicial allanó su habitación y le confiscó su celular y los documentos que trajo consigo y los mismo hicieron con su hermano.

Un día después, ambos acudiero a la sede del Ministerio Público donde fueron indagados por cerca de ocho horas. El fiscal que les tomó la declaración recomendó al juez la libertad con la condición de admitir la comisión del delito de uso de pasaporte de contenido falso y el pago de una multa.

El fiscal Federico Delfino argumentó que Ronaldinho y Roberto “fueron engañados en su buena fe” y lo sucedido forzó la renuncia del director de Migraciones.

Con base en el dictamen del agente fiscal, el juez Mirko Valinotti determinó el “pleno goce de su derecho de libertad” del exfutbolista, pero puso el dictamen a consideración de la fiscala general del Estado, Sandra Quiñonez.

Todo cambió desde entonces. Agentes uniformados y de civil llegaron al hotel la noche del viernes 6 de marzo y detuvieron a Ronaldinho y a su hermano.

“Peligro de fuga”

Esposados, comparecieron ante la jueza de turno Clara Ruiz Díaz, quien confirmó la prisión de los brasileños. “Ellos han cometido un hecho punible grave. Se reúnen los requisitos exigidos para la prisión preventiva”, resolvió.

El martes 10 de marzo, el juez de Apelación, Gustavo Amarilla, determinó que los hermanos Assis Moreira debían permanecer en prisión, pues alegó “peligro de fuga”.

No sirvieron ni el llamado del ministro de Justicia brasileño Sergio Moro ni la preocupación exteriorizada por el presidente de Paraguay, Mario Abdo Benítez.

Desde entonces, 30 días después de su llegada a Paraguay, Dinho está a la espera de su libertad, bajo un calor que promedia los 40 grados, sumado a la prohibición de visitas por la epidemia del coronavirus. Ronaldinho ahora vive entre asados, fútbol sala o futvóley, junto a maleantazos que lo adoran.

“Ronaldinho y Roberto no sabían que los pasaportes eran irregulares, para ellos eran legales”, dijo a su turno el abogado brasileño Sergio Queiroz, quien forma parte del equipo jurídico que promete arremeter con todo de nuevo en pos de la libertad de Ronaldinho, después del 12 de abril.

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