“Hoy juega el equipo de todos”, puso la Fedefútbol en sus redes sociales este sábado bien tempranito para promocionar el partido ante El Salvador, pero qué va, la Sele ahora es el equipo de unos pocos.
El viernes anterior, la federación anunció con bombos y platillos los precios de las entradas para los duelos ante México y Jamaica, montos que para la gente de a pie son imposibles de pagar.
En burbuja.
— La Fedefutbol anunció que al estadio se irá en burbujas de 2 a 5 personas, con 1,8 metros de distancia entre cada una. Durante los partidos será obligatorio el uso de mascarilla y no podrán ingresar aficionados que tengan una temperatura mayor a los 38 grados o presenten síntomas respiratorios.
Para el duelo contra los aztecas, cada entrada tendrá un costo de ¢95 mil y para el partido contra los Reggae Boyz salen en ¢60 mil.
Los precios de los boletos paró de uñas a aficionados, quienes consideran que la situación del país no está para gastar esa cantidad de dinero y los especialistas dicen que se colocaron a precios que no van con un país, en donde el desempleo es del 18 por ciento y en donde muchas familias han reducido sus ingresos debido a la pandemia por la covid-19.
Para ricachones
El economista Daniel Suchar explicó que el precio de una entrada para el juego contra los mexicanos es la tercera parte del salario mínimo en Tiquicia.
“El fútbol es el deporte rey que une a la familia y cuando hay precios exorbitantes, que están al alcance de nadie, se aleja de la razón de ser del fútbol. Son montos que están totalmente desfasados de la realidad”, afirmó.
El especialista puso un ejemplo, tomando como base, una familia de 4 miembros.
“En este momento el salario mínimo es cercano a los ¢320 mil, por lo que una entrada es prácticamente la tercera parte de ese sueldo. Si una familia de 4 miembros desea ir al estadio, tendría que invertir solo en entradas ¢380 mil.
“Si hay familias que quieran gastar esa plata en entradas, debe ser gente que reciba ingresos cercanos a los ¢4 millones al mes, para darse el lujo de invertir el 10 por ciento de sus ingresos solo en eso”, afirmó.
Para Zuchar, las entradas para los duelos de la Tricolor fueron pensadas para que quienes vayan a ver la mejenga sean ricachones.
“Quienes puedan darse la vuelta por el Estadio Nacional serán personas con altos ingresos, porque nadie en su sano juicio estaría dispuesto a pagar esa cantidad para ir a disfrutar un partido, que lo que deja es una satisfacción momentánea.
“Desde el punto financiero, la federación se gana plata por la venta de esas entradas. Pero 3.000 aficionados serán como manchitas en un lugar donde pueden estar más de 30 mil. Y además, en este momento, la selección no está generando esa empatía con los aficionados”, agregó.
El economista opinó que esperaba que las entradas se distribuyeran de una mejor forma y hasta tiró una idea que hubiera sido un detallazo.
“Yo creí que esas entradas se les regalaría al personal sanitario, en reconocimiento a su labor desde el día uno de la pandemia”, destacó.
“No me da la bolsa”
Javier Solís es un fiebrazo que se siente dolido porque la Fedefútbol le dio la espalda a los aficionados.
“A mí me gusta ir al estadio, he ido a partidos contra México, contra Honduras y he pagado ¢15 mil o ¢20 mil colones, que son precios razonables. Pero los precios que pusieron no se justifican y el momento deportivo de la Sele no da para que uno pague eso, a mí no me da la bolsa”, agregó.
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Este distribuidor de alimentos, de Ipís de Goicoechea contó que cuando no va al estadio arma una pelota, con unos 10 amigos.
“Hacemos una carnita asada y cada uno debe poner ¢3.000 para la carne, tortillas y lo que vayamos a comer. Cada quien lleva lo de tomar, entonces digamos que una persona gasta unos 6 mil colones.
“En total, solo en comida gastamos ¢50 mil, por lo que con el precio de una entrada podemos organizar dos carnes asadas”, y comemos todos.