Cartaginés y Saprissa cumplieron este sábado con las expectativas, se dieron mano a mano, uno en cada tiempo y dieron un buen banquete con un 1-1 intenso en el estadio Fello Meza.

Este era un partido para dar un golpe en la mesa, así tal cual, la victoria de cualquiera retumbaba mucho por todo lo que significaba y lo enrumba de cara a la recta final de la primera fase.

Cartaginés estuvo muy cerca de dar ese golpe, por poco se sale con la suya, pero Saprissa, en un segundo tiempo que fue todo suyo, aprovechó un solo despiste brumoso para igualar un duelo que estuvo de dientes apretados y que por muy poco casi se lo llevan en la Saprihora.

El jueves en conferencia de prensa Michael Barrantes decía que siente que tienen un equipo en mejor momento y hasta en calidad que el que fue campeón en el Clausura 2022 y bueno, se mantiene invicto en las últimas siete fechas.

Aquellos tiempos en los que uno esperaba en qué momento se caerían los brumosos, que los choteaban con muñecos y fantasmas, son cosas de otro tiempo, ahora se muestra al mismo nivel de otros grandes.

A este punto muchos morados pueden tirar que por qué tanta miel a los brumosos si el gol de ellos estaba adelantado, pues sí, el gol parece estar en posición prohibida, un poco apretada, pero adelantado al fin, pero el análisis no se puede quedar solo en eso.

Si hablamos de polémicas arbitrales, que no se les olvide el penal que no le pitaron al Cartaginés, por ejemplo.

Los brumosos jugaron la mejenga como se juegan las finales, por eso decimos que los fantasmas se quedaron en el pasado, la enfrentó con valentía, fortaleza y hasta sabiendo sufrir un poco. Pero también hay que decirlo, les faltó arriesgar, más tomando en cuenta que tenían un hombre más en los últimos minutos.

Claro, el Monstruo tuvo más la bola, más opciones, incluso con diez dominó el partido, hacía todo por llevarse la mejenga.

Apenas a los tres minutos se asomaron las dificultades, la lesión del guardameta Kevin Briceño obligó la entrada de Darryl Parker con mucho rato sin jugar. Su último partido casualmente fue en el duelo ante los morados en la primera vuelta, el 14 de febrero.

El polémico gol cayó a los 29 minutos, un tiro libre que fue al área, nadie en la zaga morada despejó, la pecosa picó, Kevin Chamorro no despejó y quien entró a cerrarla fue Carlos Barahona, quien parecía adelantado.

La anotación volvió loco al defensor, que celebró el gol con todo ante el equipo que casi se lo lleva hace unos meses y se armó toda una novela alrededor, al final se terminó quedando de blanquiazul y en el tanto terminó hasta besando el escudo brumoso.

Al 41 llegó el famoso penal, una falta en la línea cometida por Gerald Taylor a Jeikel Venegas, estaba adentro, pero Keylor Herrera tampoco vio nada y no pitó.

Saprissa se fue con mucha chicha al camerino al terminar el primer tiempo, increpando al árbitro y la insistencia en los reclamos le costó una amarilla a David Guzmán que más adelante le terminaría saliendo cara.

Despertó el Monstruo

Para la segunda parte la primera fue brumosa, Ronaldo Araya desperdició la oportunidad de poner el 2-0, pero le costó no ser más alto y una bola que le llegó a la cabeza le quedó muy incómoda para rematar de manera correcta.

Después de eso, ya todo fue morado, ni siquiera la roja a David Guzmán por un pisotón feo a Michael Barrantes a los 66 minutos los hizo que aflojaran, el hombre menos no se notó en ningún momento.

En esa falta al más perjudicado fue Cartaginés. porque muy poco después a los 72, Michael debió salir de cambio lesionado, por un golpe que el mismo jugador destacó al final del partido que espera que no sea nada grave, pero que sí le dolía bastante.

El Monstruo atacaba por todo lado, los cambios como Orlando Sinclair buscando, al menos, igualar, gente que entró a sumar y no a restar como terminó siendo del lado blanquiazul con el ingreso de Marco Ureña.

El acosteño estuvo 20 minutos desafortunados para él, en tres minutos ya tenía amarilla, sumó faltas a granel y terminó regalando la bola en lo que fue la igualada morada.

La S no podía por ningún lado, estaba ya al borde del nocaut hasta que Ureña nunca se decidió a despejar un balón cerca de su área, Youstin Salas se la robó, tiró el centro, la ganó Kendall Waston por las alturas, como siempre, para que en la línea entrada Sinclair a poner el 1-1 al 87.

Por más sufrido, el plan estaba saliendo hasta ese momento para Cartaginés, terminó con un empate que le impide llegar al segundo lugar y le devolvió toda la confianza a Vladimir Quesada y un Saprissa que con él se sigue viendo sólido.