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(Videos) La Copa Libertadores tiene un largo historial de broncas

Polémica entre Boca Juniors y River Plate es solo un episodio más en el torneo continental

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La agresión a futbolistas de Boca Juniors que obligó a suspender el partido de vuelta de la final de la Libertadores 2018 entre River Plate y Boca Juniors, la cual se jugará ahora este domingo en España, es una mancha más al tigre en la historia de una copa plagada de escándalos.

Lo que nunca había sucedido desde el primer campeonato en 1960 es que un encuentro del torneo suramericano se jugase en otro continente. La Conmebol eligió el estadio Santiago Bernabéu de Madrid para el duelo definitivo luego que Argentina perdió la sede.

La seguridad es la mayor preocupación de los organizadores en el juego en la capital española y la historia les da la razón. Decenas de incidentes se registraron fuera de los estadios, y dentro también, en las 59 ediciones. Estos son algunos de los bochornos que registra la Copa Libertadores.

Es difícil de igualar la triste noche de puñetazos y patadas voladoras de Boca con Sporting Cristal en 1971, en La Bombonera.

Los peruanos marcaron el empate 2-2 que eliminaba a los xeneizes. Los de Boca protestaron al árbitro uruguayo Alejandro Otero no cobrar un presunto penal sobre la hora. Hubo un roce entre jugadores y se desató una batalla campal. Saldo: 18 expulsados, todos llevados a una comisaría. íE incluso el réferi!

En los anales de lo insólito está la final Santos-Peñarol en 1962. Los santistas habían ganado la ida en Montevideo y los carboneros ganaban la vuelta 3-2 cuando un botellazo desmayó al árbitro Carlos Robles. Significaba perder los puntos y la Copa.

Convencieron a Robles de fingir que el partido seguía, por miedo a una reacción violenta de los hinchas. Santos empató, pero quedó firme el triunfo de Peñarol. En el desempate ganó el cuadro de Pelé por 3-0.

En la cárcel terminaron varios jugadores de Racing y Estudiantes de La Plata en 1968, tras un desempate a pura patada y expulsados. En aquella década de 1960 los encuentros eran legítimas guerras

En uno de los capítulos más curiosos de la copa, un perro de la policía mordió dentro de la cancha al arquero de Boca, Carlos Navarro Montoya. Fue en medio de una riña entre jugadores y carabineros, en una cancha invadida por hinchas de Colo Colo, en una semifinal en Santiago en 1991.

Otra vez en Chile, una moneda que impactó en el árbitro obligó a suspender el partido que empataban 1-1 Cobreloa y Olimpia de Paraguay.

Golpes a mansalva les dieron hinchas de América de México a jugadores de Sao Caetano de Brasil, tras invadir la cancha del estadio Azteca en 2004. La mecha que encendió el fuego fue un codazo de Cuauhtémoc Blanco al jugador Anderson Lima.

En La Bombonera, en 2005, el partido con Chivas de México no pudo terminar. Chivas había goleado 4-0 en la ida. Al salir expulsado el mexicano Adolfo ‘Bofo’ Bautista se burló ante el banco ‘xeneize’ al mostrar el número 4 con los dedos. Martín Palermo le dio un codazo, el técnico de Boca, Jorge Benítez escupió al delantero azteca y un hincha se metió en la cancha y le dio una patada.

En 2006, el hoy técnico de River, Marcelo Gallardo, cuando era jugador, fue expulsado en un partido en Asunción que ganó Libertad por 3-1. En las tribunas estalló un pleito infernal entre hinchas ‘millonarios’ y policías. El partido fue suspendido a 8 minutos del final.

Aquel año, hasta los juntabolas se metieron en un furioso intercambio de manazos y patadas entre jugadores y cuerpos técnicos antes del segundo tiempo de Cerro Porteño-Palmeiras en Sao Paulo.

Otro partido suspendido fue Boca-Cruzeiro en 2008 cuando hirieron a un juez de línea con cubos de hielo en La Bombonera.

Ni festejar en paz se puede en una final. En el 2010 Inter de Brasil acababa de ganarle 3-2 a los mexicanos de Chivas cuando empezó otra bronca a puro puñetazo y patada.

Puñetazos y puntapiés a lo loco se repitieron en 2011, cuando el Santos de Neymar venció 2-1 a Peñarol en la final y los brasileños no podían levantar la Copa por los disturbios.

Otro combate cuerpo a cuerpo al mejor estilo medieval de todos contra todos, fue el broche en 2011 del triunfo de Fluminense sobre Argentinos Juniors 4-2 en Buenos Aires.

Ocho jugadores de Arsenal de Argentina fueron arrestados tras un enfrentamiento con policías que los apalearon después del partido que perdieron 5-2 con Mineiro de Brasil en 2013.

El famoso gas pimienta que tiraron fanáticos de Boca a jugadores River Plate en 2015 en el túnel de regreso al segundo tiempo (0-0) en la Bombonera. Boca perdió los puntos y se le dio por eliminado del torneo.

Casi como una revancha de aquel hecho, Boca le pidió hace una semana a la Conmebol los puntos de la postergada superfinal, pedido que fue rechazado.

Otra lucha a puro puñetazo se desató entre jugadores y se extendió a los hinchas a las tribunas en el partido Peñarol-Palmeiras por fase de grupos en 2017.

Después de leer semejantes antecedentes uno se da cuenta que la Copa Libertadores parece más a un trofeo de guerra que a uno deportivo.

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