A los 58 años, Ana Lucía Guzmán, vecina de Moravia, logró cumplir su sueño académico: sacó una especialidad en notariado y no piensa detenerse.
Su historia es un ejemplo de que nunca es tarde para aprender, superar obstáculos y perseguir nuevas metas, incluso cuando la vida parece poner barreras.
“Después del bachillerato del colegio, me metí a estudiar Derecho y la licenciatura la culminé en el 2022, para el 2023 me incorporé al Colegio de Abogados, esperé dos años y me metí a la universidad a llevar la especialidad de Derecho Notarial y Registral que concluí hace unos días”, comenzó contando.
Guzmán contó a este medio que sacó el colegio a los 15 años, y durante mucho tiempo no volvió a estudiar porque se casó, tuvo hijos y luego atravesó un divorcio, dedicándose a sacar adelante su hogar.
Sin embargo, ver a uno de sus hijos estudiar Derecho y escuchar sus conversaciones sobre materias, clases y proyectos despertó en ella un deseo que había quedado guardado por años: la espinita de continuar sus estudios y cumplir su sueño académico. Esa inspiración familiar fue el impulso que necesitaba para retomar el camino de la educación, demostrando que nunca es tarde para perseguir metas.
“Yo tengo años de trabajar en apoyo a las mujeres, con emprendedurismo en una organización sin fines de lucro llamada APRODE. Y como mi hijo, Arturo Soto, estaba estudiando Derecho siempre hablábamos sobre la carrera y este fue el punto de partida, porque siempre me gustó. Un día mi hijo me dijo: ‘No ponga pretextos, si quiere estudiar, estudie’. Yo solo pensé que estaba muy vieja, pero esas palabras resonaron en mí y pensé en intentarlo y me fui a averiguar los planes de estudio a la universidad”, dijo.
Esta moraviana confesó que al inicio le dio pena ir a la universidad, pero al hablar con el director de la carrera sintió tranquilidad.
“Yo empecé en el último cuatrimestre del 2017 la carrera, me entusiasmé, pero la universidad en la que estaba éramos un grupo pequeño por ende daban pocas materias.
Decidí pasarme a otra universidad para llevar el bloque completo, se vino la pandemia y la universidad cerró, pero seguí y en los dos años de pandemia, el primer año saqué 15 materias y el segundo año 16 materias, porque no se podía salir ni hacer nada; yo aproveché ese tiempo y me apuré para graduarme pronto”, detalló.
Adaptarse y superar: la lucha de Ana Lucía con la educación virtual y la tecnología
La recién graduada explicó que ella se tuvo que adaptar a la virtualidad y a las formas de llevar clases.
“Prácticamente, todas las universidades empezaron a dar clases virtuales y para una persona como yo es un reto porque tuve que empezar a usar medios electrónicos, hacer videos, no solo era estudiar, sino quedarme atrás con la gente joven”, detalló.
Guzmán dijo que todo el sacrificio que hizo en estos ocho años valió la pena, pues a pesar de que su hijo la motivó, su hija Mariana Soto siempre estuvo apoyándola en cada uno de sus proyectos universitarios.
“Es muy bonito y vacilón porque mi hijo, Andrés Quirós, es estudiante del Tecnológico de Costa Rica, es quien me ha enseñado a ser amiga de las herramientas tecnológicas, y cuando él está estudiando yo también. Mi otro hijo, Roberto Soto, también ha sido un pilar en todo este proceso”, dijo.
Los estudios y la inspiración familiar
Ana Lucía expresó que, a pesar de que ya tiene sus títulos, no se va a detener y piensa seguir estudiando porque en algún momento quiere ser docente en alguna universidad.
“No voy a parar de estudiar, ahorita estoy llevando una licenciatura en docencia, quiero dar clases, ya llevo un año”, explicó.
Guzmán confesó que todo el proceso de estudio no ha sido fácil, ya que es ama de casa y una mujer trabajadora.
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“Los fines de semana tenía que hacer trabajos completos, presentaciones, porque debía enfrentar tres situaciones diferentes. Económicamente es un sacrificio que uno hace, yo no contaba con recursos para pagar la universidad y tenía que hacer muchos esfuerzos para pagar los estudios de mi hijo menor”, detalló.
El orgullo de sus hijos y un mensaje para otros
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Su mamá, de 81 años, y sus cuatro hijos están más que orgullosos, porque a pesar de todas las circunstancias logró lo que un día se propuso.
La también ama de casa les envía un mensaje a todas aquellas personas que en algún momento desean estudiar.
“Yo siempre pensé que había un campo para mí y es así para ustedes también. Hay que proponerse las cosas, pero de decirlo a hacerlo es el paso. Uno no sabe si va a tener éxito o no, pero cuando uno da el paso, las puertas se empiezan a abrir. Uno se reta a sí mismo y ve que sí se puede. El estudio es la herramienta para cualquier persona”, dijo.
Si usted desea ponerse en contacto con Ana Lucía, puede hacerlo al correo electrónico: lucia.guzman@aprodecr.org






