Es increíble que haya que perder la paz por una fiesta. Urge mano dura de las autoridades.
Los uniformados trataron de coordinar con los papás de estos menores para que llegaron a recogerlos, como hicieron con los demás adolescentes que estaban en la pachanga, pero no lo lograron.
Los oficiales clausuraron una casa en la que se realizaría una megafiesta ya que tenían información de que llegarían menores de edad.