La Power es una de las nuevas creadoras de contenido que va creciendo como la espuma.
Aunque su nombre real es Eduardo Aguilar y en este proceso de transición se hace llamar Cloe, prefiere mil veces que la llamen La Power, porque sabe que tiene más poder.
Conozca un poco la historia de esta artista que se lanzó a la música y que, gracias a su carrera, se está construyendo su casa propia en Jacó y recién se operó los senos, la nariz y las orejas como parte de su proceso.
- ¿Hace cuánto empezó en esto de las redes sociales?
Yo empecé en pandemia, cuando casi no había nadie usando redes sociales, y empecé en unos en vivos del Dari CR, que fue donde mucha gente me conoció. Ahí fue donde empecé con la loquera, me metí adentro de una lavadora, me hacía trajes con las primeras cosas que encontraba en mi casa, plástico, cartones, todas esas cosas y, me ponía tacones y daba piruetas, siempre he sido muy flexible y muy ágil, entonces la gente ahí me empezó a decir Power Ranger. De ahí viene el apodo de La Power.
- ¿En cuál red social sube más su contenido?
He perdido varias cuentas. Yo antes me llamaba Eduard Aguilar, pero ya cuando la gente me empezó a llamar como La Power, lo cambié por ser un nombre más artístico. Yo perdí dos cuentas como de 200 mil y yo sentía como que el mundo se me venía abajo, porque habían sido años de trabajo, llevaba como dos años de brete y para mí fue muy duro. Ahí yo le decía a mi mamá: ‘mami, ¿usted cree que yo pueda vivir de las redes sociales?’, y ella me decía: ‘¡No, no creo!, porque eso es pura vagancia’, pero es que uno puede vivir de las redes sociales.
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- ¿De dónde es?
Soy de una familia muy humilde, soy de aquí de Jacó. La gente conoce a mi familia aquí porque son pioneros, tienen muchos años de vivir acá, entonces la mayoría de personas conocen quiénes son y mucha gente aquí me conoce de muy pequeñita y cuando yo ya empecé como a destacar en el ámbito. Ahora me ven en la calle y me dicen: “estoy muy orgulloso”, “está ¡wow!”, pero como han seguido toda mi niñez muy de cerca, la verdad es que nunca ha sido fácil, porque Jacó es un lugar donde la gente todavía es muy cerrada de mente, no es como tan ‘open mind’ (mente abierta), la gente todavía no ve ese mundo creativo, ese mundo artístico, más allá de las burlas, de los insultos, del bullying, de todas estas cosas.
- ¿Tuvo serios problemas por su orientación?
Yo viví desde la escuela cosas muy fuertes. La primera palabra que yo escuché en vez de que me dijeran: compa, amigo, mae, fue playo. Fue fuerte, entonces yo me refugié en un youtuber que se llama La Divaza (venezolano) y yo decía: “si la Divaza puede ser quien ella es, ¿por qué yo no puedo ser así aquí en el mío?, yo no tengo por qué estarme ocultando”.
- ¿Siempre fue así?
Fue como a los 13 años que yo ya salí del closet completamente, y la verdad, muchas amistades se me alejaron, porque en ese momento decir que uno era gay aquí en Jacó lo cobran muy duro.
Yo tocaba lira, me empezaba a apuntar en todas las cosas del cole, en las que yo pudiera demostrar quién era yo. Yo era una loca, pero una loca plumera. Me metía en el FEA (Festival Estudiantil de las Artes), montaba las coreografías del colegio y ya la gente me empezaba a conocer como ‘el playillo’ o ‘el chama’.
Una vez me escondieron el uniforme de física, me estaba cambiando y tuve que salir chinga del colegio --el CTP de Jacó--, y los profesores no hicieron nada, para mí fue muy duro. Me pegaban, me escondían el bulto, cosas muy feas. Cuando entré a clases después de la pandemia, más bien ya me pedían fotos porque ya me conocían como La Power, las vueltas que da la vida.
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- ¿Cuándo incursiona en la música?
Cuando ya me hice llamar La Power, un día se me metió en la mente, así históricamente, que yo quería hacerme artista. Quería que la gente me viera como más, pero no quería que me vieran como una payasita, sino como un artista. Entonces, cuando llegué a los 20 mil seguidores en Instagram, yo dije: “voy a sacar mi primera canción”, y ahí fue cuando el mundo me empezó a brillar más de la cuenta.
Las crítica siempre van a existir, no importa que estén porque siempre van a hacer algo bueno, entonces yo tengo mi autoestima por los cielos porque para mi eso es irrelevante".
— La Power
- ¿En qué año fue y cómo se llama la canción?
Eso fue en mi último año de colegio, a principios de 2023. Se llama “Una mah”; yo no sabía nada de música y fue cuando tomé el valor de escribirle a un productor de Parrita, que se llama Magic on the Beach, pues a mí siempre me ha gustado la música desde que estoy muy pequeñita. Lo único que yo pedía para Navidad era un micrófono y un parlante. Aquí donde usted me ve, imito a Shakira, y puedo imitar la voz de Britney Spears.
Magic se interesa en mí y me ve como una estrellita. Él me dijo: “usted tiene una estrella, tiene algo que la hace única, que deslumbra”, y empezamos a crear algo acorde a mi personalidad. Esa canción yo la escribí, la improvisé ahí mismo en el estudio.
- ¿Cómo hizo para pagar el estudio de grabación?
Él, que todavía sigue siendo mi productor, no me cobró. Pero un día me llamó una amiga que tenía un amigo ruso que me quería conocer y me dijo: “yo quiero aportar en esta carrera tuya” y, tal vez, suena irreal, pero ese ruso me dio el dinero para pagar mi primera canción. Ese video tiene más de 100 mil reproducciones en YouTube.
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— La Power
- ¿Cuántas canciones lleva ya?
Después de la primera canción, una marca me llevó a México, al Coca Cola Flow Fest, y ahí fue donde mi mundo empezó a brillar. Ese día me tocó viajar al lado de Maribel Guardia, allá conocí a varias personas influyentes, como Belinda, Wendy Guevara, y a Yeri Mua. Ahorita ya llevo 6 temas, todos compuestos por mí, y pronto voy a lanzar “Caipiriña”, que sale este mes de mayo.
- Está construyendo casa y todo...
Estoy construyendo abajo de la casa de mis papás; el lotecito es propio, entonces, gracias a Dios, ya eso es mío y todo lo que le he metido, con el sudor de frente, ya voy a tener mi casita propia. Y ahora con esto de la operación de senos me siento más exótica.