Excandidata a Miss Costa Rica se raja con sensuales desnudos artísticos

Raquel Castro es educadora física y busca resaltar el amor propio y la aceptación de la mujer en sus fotografías

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Raquel Castro tiene 28 años y es licenciada en Educación Física y gracias a su belleza ganó el título Señorita Verano en el 2016 y fue una de las candidatas al certamen de Miss Costa Rica dos años después.

Recientemente Castro ha publicado en su cuenta de Instagram, unas imágenes que han dejado a todos con la boca abierta. Se trata de unos desnudos artísticos que a la exreina de belleza le encanta realizar.

La Teja contactó a la excandidata a Miss Costa Rica para que nos contara con pelos y señales sobre estas sensuales fotografías.

–¿A qué se deben estos desnudos artísticos?

Desde que tengo 21 años siempre he hecho fotografía artística, yo empecé los desnudos artísticos haciendo fotografía bajo el agua, que todavía me encanta y tengo varios cuadros en mi casa. He hecho desnudos con el fotógrafo Mario Peraza y de hecho él y yo ganamos un premio en el 2011, por la mejor fotografía bajo el agua artística.

Era un premio en Europa y salimos en una revista, la fotografía se llama Underwater Dream. A raíz de esa fotografía se me despertó la curiosidad de hacer más desnudos artísticos.

–¿Cuándo se realizó las últimas fotografías?

El año pasado, en diciembre de 2019. Después de Miss Costa Rica en el 2018, se me despertó hacer desnudos artísticos otra vez con un amigo mío que se llama Esteban Dato. Él es muy fino para ese tipo de fotografía y me gusta mucho la parte espiritual, así que usted ve que mis fotos siempre van acompañadas de una frase para generar conciencia.

No me gusta decir: ¡Salí desnuda! ¡Véanme! Siempre todo va acompañado de amor propio, de arte, del cuerpo humano, de la mitología griega, porque el cuerpo se ve a nivel artístico y todo eso me ha gustado mucho.

–¿Qué busca transmitir con sus desnudos?

Lo que quiero proyectar dentro de estas fotografías es que las mujeres se animen a amarse a sí mismas y aceptarse tal y como son, con sus estrías, con sus pistolas (grasa acumulada) a nivel de las piernas, con los brazos, con su abdomen, o sea que se acepten como son.

–¿Las imágenes fueron editadas?

La fotografías no fueron editadas, tan solo se recurrió a contraste y luz, no tienen Photoshop. Soy así tal cual (risas). Quise proyectar eso para que vean que ahí salen mis estrías y todo lo demás.

–¿Fue una sesión personal o comercial?

Fue una sesión de fotos solo para mí, pero sí vamos a imprimir unas fotos para hacer una pequeña exposición, pero eso está por verse debido a la crisis sanitaria. Lo que buscamos el fotógrafo y yo con las fotografías es exponer a nivel internacional.

–¿Cuál es la diferencia entre lo vulgar y lo artístico?

Para mí tiene que ver exactamente con las poses. Yo creo que todo depende de la forma en la que usted posa y se proyecta, incluso la expresión facial marca una gran diferencia. No es lo mismo ponerme en cuatro puntos de apoyo y arquear mi espalda, sacar la colita, el pecho o mostrar las nalgas, que ponerse en una pose más artística, esa es una gran diferencia.

También tiene que ver el mensaje que se quiere dar, porque ahora que uno publica en Facebook e Instagram, hay que pensar en el pie de foto y el mensaje que se quiere proyectar.

–¿Van dedicadas esas fotos?

No. Van dedicadas a mi amor propio y a la aceptación de mi cuerpo.

–¿Qué le dicen su novio y la familia sobre las fotos?

No tengo novio. Estoy disponible para mí misma, nada más. Las parejas que yo he tenido siempre me han aceptado como soy, sino no estaría con esa persona. Mi mamá y mi papá han aprendido a sobrellevar lo que a mí me gusta desde que me envolví en el mundo del modelaje. No es que les encante, pero sí respetan mis decisiones.