La actriz costarricense Gia Franceschi Alvarado, hija de la exmiss Costa Rica Beatriz Alvarado, está viviendo uno de los momentos más emocionantes de su carrera.
La joven tica fue elegida por Televisa para interpretar la versión juvenil de la protagonista en la telenovela “Los hilos del pasado”, producción donde comparte créditos con figuras de peso como Yadhira Carrillo, Azela Robinson y Sergio Goyri.
Con tan solo 20 años, Gia se ha ganado un espacio en la pantalla mexicana gracias a su talento, disciplina y dulzura. Graduada del Centro de Educación Artística (CEA) de Televisa, ha demostrado que los sueños sí se cumplen cuando se trabajan con constancia.
Su papel de Carolina, una muchacha noble y devota, que debe enfrentarse a duras pruebas de la vida, le permitió mostrar su versatilidad como actriz y ganarse el cariño del público.
Ella conversó con La Teja desde México, donde vive sola desde que tiene 17 años.
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- ¿Cómo llegó la oportunidad de protagonizar Los hilos del pasado y qué sintió cuando le dijeron que era la elegida?
Cuando uno se gradúa del CEA tiene un gafete por un año y medio para reportarse en las producciones de Televisa, y yo me propuse hacerlo dos veces por semana.
Siempre llego con mi currículum a saludar a productores y directores de casting. Así fue como me contactaron; me dijeron que me parecía mucho a una actriz y necesitaban su versión joven.
En ese momento no sabía quién era, solo fui con toda la ilusión. Cuando me confirmaron que sería la protagonista, fue una felicidad inmensa, una bendición que le dio un giro total a mi carrera.
- ¿Qué nos puede contar de su personaje y qué fue lo que más le atrapó de él?
Carolina es una muchacha noble, pura, soñadora y profundamente devota. Ama el amor, la familia y la fe. Lo que más me atrapó es que siempre me daban papeles antagónicos o de personajes mayores, y esta vez me tocó ser una chica dulce y buena.
En la historia, ella aprende a tomar las riendas de su vida, a no dejar que otros la pasen por encima. Comete errores, pero también crece y aprende, y eso la hace muy humana.
- ¿Cuál fue la escena más retadora o emocional que ha grabado?
Sin duda, la escena con Azela Robinson, cuando Carolina le confiesa que está embarazada del hijo de su personaje. Azela impone mucho, pero fue un ángel conmigo. Yo estaba muy nerviosa, no podía llorar, y ella me tomó de las manos, me calmó y me ayudó a conectar con la emoción. Gracias a ella esa escena salió como debía. También fueron muy intensas las escenas con los bebés, especialmente la del parto, porque trabajamos con recién nacidos, eran dos bebés distintos.
¿Cómo ha sido adaptarse al ritmo de la televisión mexicana?
Sorprendentemente tranquilo. Son producciones muy organizadas, todo está planeado al detalle. Si algo falta, se resuelve de inmediato. Yo solo tenía que concentrarme en actuar y en disfrutar cada momento.
¿Cómo fue grabar al lado de la gran Yadhira Carrillo, la versión adulta de su personaje?
Fue una bendición. Yadhira es de las mujeres más dulces que he conocido. Desde el primer casting me abrazó con mucho cariño. Cuando nos vimos en la mesa de lectura, me tomó las manos y me dijo: “Te felicito, si te quedaste es porque tienes todo para hacer a Carolina. Eres la primera imagen que verá el público y eso es una gran responsabilidad”. Me lo dijo con amor, no como presión, y entendí que todas estábamos remando hacia el mismo lado.
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- Sabemos que empezó en el modelaje y en videos musicales, ¿fue difícil dar el salto a las novelas mexicanas?
No tanto, porque desde pequeña he estado en el mundo artístico, gracias a mi mamá. Empecé a los tres años modelando, cantando y bailando. Entrar al CEA de Televisa fue un gran paso, pero no me costó porque siempre he sido muy disciplinada. Mientras otros salían de fiesta, yo estudiaba mis textos o me quedaba en casa ensayando. Desde los 17 años tenía claro a lo que venía, y hoy veo los frutos de esa constancia.
- ¿Qué le han dicho los colegas ticos que viven en México?
Aquí tengo más conocidos que amigos, pero tener gente de Costa Rica cerca siempre es lindo.
Fabiola Villalobos y Kai son de mis amigas más cercanas, y también he compartido con Mariluz Bermúdez, quien me ha apadrinado y aconsejado muchísimo. Casi todos los ticos estamos empezando, y eso nos une mucho, nos apoyamos en lo que podemos.
- Su mamá ha sido clave en su formación. ¿Cómo influyó en usted?
Totalmente. Desde niña me inculcó la responsabilidad, la disciplina y el dar siempre más del 100%. Ella era quien me llevaba a clases de canto, baile, piano y teatro. Todo lo que soy hoy se lo debo a su guía y apoyo incondicional.
- ¿Qué consejos le da ahora que está viviendo este sueño?
Los mismos de siempre: hacer todo con una sonrisa, con disposición y respeto. Mi mamá me ha enseñado que uno puede equivocarse, pero nunca debe perder la buena actitud.
Ella siempre me ha permitido darme de topes, como dicen aquí en México, golpear con pared, me deja tomar mis propias decisiones y ella me pone todo lo que puede pasar sobre la mesa y me dice: ‘Pero tú tomas tus propias decisiones y lo que quieras lograr’.
- ¿Cuándo descubrió que lo suyo era actuar y no seguir los pasos de su mamá en el modelaje o certámenes de belleza?
Me considero una artista muy completa, amo cantar, bailar, pintar y actuar. El modelaje me encantó en su momento, pero lo dejé a los 13 años.
Ser miss no lo descarto, lo he hablado con mi mamá y quizá algún día me anime a Miss Costa Rica o Miss Panamá, dependiendo de dónde me encuentre. Pero mi sueño es poder combinar mis pasiones, como actuar y cantar en un mismo proyecto.
- ¿Qué sueños le gustaría cumplir después de este protagónico?
Trabajar y no parar más. Mi sueño más grande siempre ha sido trabajar en lo que me gusta y, genuinamente, no parar; que si tengo descansos sean merecidos y no obligatorios.
Mi meta es mantenerme activa, enlazando proyectos. De hecho, ya estoy en otra producción de Pedro Ortiz de Pinedo llamada “Corazón de Oro”. Estoy muy agradecida porque siento que este es solo el inicio de una carrera llena de oportunidades.
¿Volvería a Costa Rica para trabajar o está enfocada en consolidarse en México?
Voy a Costa Rica muy seguido, también a Panamá, que son mis países reales. Siempre estoy por allá, cada vez que puedo, y estoy trabajando en la agencia de mi mamá. Eso sí, mi meta es quedarme en México unos cinco años más para fortalecer mi carrera, y luego abrirme camino en España, Estados Unidos, Colombia o Argentina, en series y cine.
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¿Qué es lo que más extraña de Costa Rica?
A mi familia, sin duda, especialmente a mi abuelo. Hace poco perdí a mis abuelos de Panamá y ha sido muy duro estar lejos. Pero tengo la bendición de que mi abuelo de Costa Rica pudo venir a mi presentación ante la prensa. Y claro, también extraño el gallo pinto, porque nunca me queda igual, y el calorcito de la gente tica.








