La cuarta gala de Dancing with the Stars fue la despedida de la pareja conformada por el periodista José Miguel Cruz y Angie Gamboa.
JM, quien desde un principio dejó claro que nunca había bailado, se salvó de una posible eliminación la semana anterior, debido a que estaba con covid-19, pero esta vez no hubo forma de que se quedara.
Si bien en las tres presentaciones que hizo mostró una gran mejoría, el comunicador no logró pellizcar los puntitos necesarios para seguir en la competencia. Esta vez los jueces le dieron 15.
A Cruz le tocó ir a reto contra Gaby Jiménez, quien se esperaba que le tocara, pero la sorpresa llegó cuando dijeron los nombres de Nicole Aldana y de Mauricio Hoffman, quienes al parecer no están contando con mucho apoyo en las redes sociales. Eso sí, a la hora de bailar, sí estaban un paso adelante de los primeros dos.
De hecho, a Aldana y a Hoffman se les notaba en las caras que estaban sufriendo por esa sorpresiva nominación.
En el caso de la moncheña, al igual que ocurrió la semana anterior en el enfrentamiento que tuvo cara a cara contra Melissa Diakova, en el reto se le vio decidida a no irse y por un pelito lo logró.
Tras conocer que es el segundo eliminado de la temporada, JM agradeció la oportunidad y se resignó a que era su momento de jalar.
“Me voy agradecido con Dios, la producción y el público. Es una experiencia que me llevo en el alma, lo más importante es que pude hablar de Dios. Yo creo que si la gente quiere ser feliz, debe de conectar realmente con su parte espiritual”, dijo al abandonar el programa.
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Regresó
Una que volvió a menearse en la pista de Dancing, después de ocho años de no hacerlo, fue Montserrat Del Castillo, quien fue la estrella invitada de este domingo.
Así como lo hizo en aquel entonces, la presentadora se meneó hasta el cansancio, esta vez al lado de Michael Rubí. Cuando fue participante, en la segunda temporada, lo hizo con Billy Corado y se dejaron el tercer lugar.
Ambos hicieron una coreografía con cinco ritmos diferentes y la verdad encantó, a pesar de que estaba bastante nerviosa antes de bailar.
Montse se mostró segura, suelta, flexible y, sobre todo, muuuuy sensual. Si hubiera sido calificada, sin duda que se hubiera dejado el primer lugar.
“Fue una semana durísima, llegué a la casa llorando, descompuesta. No es lo mismo ahora que soy mamá, también creo que a los que nos ha dado covid no quedamos igual, pienso que muchos me van a entender. Michael me dijo que montó una coreografía para una bailarina, sé que no fue perfecta, quedé golpeada, pero aquí estoy, para entretenerlos”, comentó.
La guapa es uno de esos casos en que para ganar no es necesario un trofeo, pues después de su paso por el programa llegaron cosas muy buenas.
“Dancing me abrió la puerta de Teletica, después de eso vino De boca en boca y me quedé, entonces soy parte de esta familia y claro que gané, incluso más de lo que esperaba”, dijo.
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Montse contó con el apoyo de su esposo Jhona Monroy y de su hijo, así como de su abuelita, quienes la vieron en primera fila con un pequeñito cartel que decía: “Te amo” y por el otro lado un “10″ (Awwww).