La décima gala de Mira quién baila terminó más emotiva y tensa de lo esperado.
Isabel Guzmán, una de las juezas del programa, no pudo ocultar las lágrimas luego de que se anunciara la nominación de Mariana Uriarte y Neto Rangel, dos participantes muy queridos por el público y que han mostrado un desempeño sólido en la competencia.
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Una decisión que dividió corazones
Para la jueza, este momento era inevitable, pero no por eso menos doloroso.
“Cualquiera que hubiéramos nominado hoy era casi que injusto que lo nomináramos. Yo, particularmente, lo digo, a este punto es muy difícil estar unánimes porque el nivel de detalles para cada uno es diferente.
“Llega un punto, además, de gustos y al final tenemos que hacer un consenso de cosas generales que encierran la noche de hoy y había que tomar una decisión. Entonces, yo sabía que íbamos a llegar a este punto de la competencia donde la decisión iba a ser así de difícil y controversial”, mencionó Isabel con la voz entrecortada.
Sus palabras dejaron claro que, para los jueces, el momento de separar a los mejores ya es casi una tarea imposible por la calidad mostrada en la pista.
Una semifinal que promete niveles altísimos
Según Guzmán, todos los concursantes están mostrando fortalezas y debilidades muy marcadas, por lo que cada error vale oro en esta etapa. El reto ahora será enfocarse en detalles mínimos que podrían definir quién llega a la gran final.
La bailarina salvadoreña aseguró que la semifinal será de un nivel altísimo, donde incluso una pequeña falla podría cambiar completamente el rumbo de la competencia.
Por qué la nominación la dejó tan afectada
Guzmán también explicó la razón de su tristeza y por qué esta nominación, en particular, la tocó personalmente.
“A mí me dolió mucho nominar a Mari, igual nominar a Neto, con todo lo que ha pasado y con todo lo que se ha levantado y así mismo me hubiera pasado con Ítalo, que se lastimó ahora el pie, justo en el momento crucial que también estaba ahí peleando; sin dejar de lado a Keka.
“Para mí es muy difícil estar sentada ahí y decir: ´esto es lo que quiero evaluar´ porque para mí todos están a un nivel sumamente tallado", recalcó.
Para la jueza, lo duro del momento es que cada participante pelea por un lugar crucial en la competencia, lo cual hace que estas semanas sean especialmente intensas y agotadoras para todos.
La recta final será exigente
Guzmán reconoció que siempre supo que llegaría el punto donde la decisión sería extremadamente complicada.
“Es un concurso y hay que estar conscientes de que iba a llegar este momento”, agregó.

