Dos conocidas figuras de la televisión aprovecharon la exposición que les brinda ese medio para tocar corazones, colaborar y cumplir sueños y a la vez demostrar que las redes sociales sirven más que para dar publicidad a una empresa, como hacen la mayoría de “influencers”.
Primero fue la locutora de la Caliente, Maureen Salguero, quien se conmovió mucho al ver al niño Christopher Arroyo, vecino de Hatillo, vendiendo sus juguetitos para ayudar a su papá, a quien le amputaron una de sus piernas por un accidente que sufrió.
La conocida Tía compartió el video en sus diferentes plataformas y aquello generó un montón de ayudas a la familia, que en ese momento la estaba pasando mal.
Opo Marín también les llevó un diariecito y, al parecer, las colaboraciones no han parado de llegar.
El otro famositico que se “ganó el cielo” fue el periodista y director de Deportes Repretel, Pablo Guzmán, quien aprovechó la ida al estadio Colleya Fonseca durante el partido entre Guadalupe y Saprissa, para grabar a la pequeña Alondra Quirós, vecina de Puntarenas y que por primera vez asistía a un partido de fútbol de primera división.
La alegría con la que la niña veía a sus ídolos contagió a medio mundo, al punto de que el club morado la invitó para que llegara a conocer el Ricardo Saprissa, a los jugadores y se llevara varios recuerdos de la institución.
Fue como un premio para ella por ser tan buena alumna, pero, también, tan buena aficionada, pues no hubo ninguno otro que cantara, gritara y motivara tanto como ella.
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Si bien entendemos que las redes sociales tienen muchas funciones, aplaudimos a la Tía y a Pablo, porque usaron sus plataformas en beneficio de otros, más allá de darse protagonismo para ellos y que más gente los siguiera.