Una mujer de California, llamada Carol, pensó que su vida sería más fácil si era hombre y decidió someterse a una doble mastectomía y a tomar durante unos meses testosterona para tener vello facial y una voz grave.
La decisión la tomó, según ella, porque como mujer “masculina” sentía el desprecio de la gente.
Pero pronto se arrepintió y se sintió miserable como un hombre ‘trans’, según contó a The Economist.
Según el diario ABC, al principio, la testosterona que comenzó a inyectarse a los 34 años le levantó el ánimo y los niveles de energía. Pero después de dos años comenzó a sufrir terribles efectos secundarios.
La atrofia vaginal y uterina (que puede hacer que el tejido se agriete y sangre) fue “extremadamente dolorosa”.
Sus niveles de colesterol aumentaron y tenía palpitaciones. También se puso tan ansiosa que comenzó a tener ataques de pánico y tuvo que tomar antidepresivos.
Entonces se dio cuenta de que su disforia de género y la dolorosa sensación de que estaba en el cuerpo equivocado, no la dejaban creer que era un hombre.
Años después de convertirse en hombre trans, Carol pasó a ser una “destransicionista”: alguien que ha tomado hormonas sexuales o se ha sometido a una cirugía, o ambas cosas, antes de darse cuenta de que fue un error.
Carol recuerda que fue a los 20 años, la época en que muchas lesbianas en su círculo social comenzaron a identificarse como hombres, cuando pensó que eso era lo que ella también tenía que hacer.
Le dijeron que tenía que vivir como un hombre durante seis meses antes de ser aprobada para el tratamiento, pero la idea de usar el baño de hombres le resultaba intolerable.
Cuando tuvo más de 30 años, una terapeuta la animó a probar la testosterona, sin explorar sus traumas infantiles provocados por una educación que fue a la vez fanáticamente religiosa y abusiva. Meses después, a Carol le extirparon los pechos.
“Destransicionar” fue lo más difícil que ha hecho, según cuenta. Dejó de tomar testosterona y sus niveles de colesterol volvieron a la normalidad en meses. Todavía tiene algo de vello facial y una voz profunda. Su mastectomía “es como cualquier pérdida: se disipa, pero nunca desaparece del todo”.
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Ahora dedica mucho tiempo a hacer campaña para que se escuchen las historias de las personas que pasan por situaciones como la suya. Las personas que destransicionan a menudo son difamadas.