Farándula

Novio de Natalia Rodríguez cuenta todo lo que vivió cuando se encontró a la presentadora casi muerta

El doctor ya hasta le preparó una sorpresa para cuando regrese a su casa

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La presentadora Natalia Rodríguez cumple este jueves un mes de haber sobrevivido al grave accidente que sufrió en su casa al pegar contra una puerta de vidrio.

La conductora de Sábado Feliz estuvo dos días internada en el hospital México y desde que salió no ha regresado a su casa porque está bajo los chineos de su familia (en casa de una hermana) y en especial de su novio, el doctor Emilio Garro.

Emilio es médico general y tiene casi cinco años de trabajar, precisamente, para el hospi de La Uruca, en el área de emergencias del servicio de ortopedia.

Él fue el ángel que la salvó cuando se estaba desangrando, luego de que ella pegara accidentalmente contra el vidrio y se cortara la mano y la pierna izquierda.

El novio de la también locutora nos contó el gran susto que se llevó al ver a su pareja casi muerta.

– ¿Cómo fue esa llamada de Natalia hace un mes?

– Ella me llamó y la escuché muy angustiada. Me dijo: ‘venga, me estoy muriendo. Me estoy desangrando, me corté el pie’ y yo lo primero que dije fue ‘qué mala broma’, como ella trabaja en radio en programas que se hacen bromas. Ella me dice que no es broma que vea las fotos. Cuando las vi recuerdo que estaba en el cuarto piso del hospital y cuando me di cuenta ya estaba en el sótano. Agarré un poco de gasas y vendas, porque en las fotos vi un charco de sangre y la pierna toda ensangrentada, me monté al carro y llamé a mi jefe y le dije lo que estaba pasando.

– ¿Es cierto que le pidió a unos policías que lo escoltaran?

– Manejé la autopista a alta velocidad, como si fuera en ambulancia, cuando iba me topé a una patrulla, creo que era de Belén, y les dije que me siguieran. Ellos se me quedaron viendo y yo les decía 'síganme, síganme", como iba con la gabacha ellos me preguntaron que porqué y yo nada más les decía ‘hay un herido’, que me siguieran.

–¿Qué pasó cuando entró a la casa?

– Cuando abrí la puerta lo que vi fue unos tres charcos de sangre grandísimos, no vi a Naty. En eso vi unas huellitas como de manos y vi que se había metido debajo de la mesa.

Cuando la vi estaba blanca como un papel, como es la persona que uno quiere no es lo mismo que se siente cuando llega un paciente al hospital, tuve que tomar un respiro y decir: ‘Dios mío, ilumíname y dame tranquilidad’. Gracias a Dios ella se había hecho varios torniquetes porque eran varias heridas grandes, cuando le empecé a quitar una camisa que ella se había amarrado empezó a salir un choro de sangre, la volví a colocar y puse todos los vendajes sobre esa camisa.

Llamé a los policías pero no querían entrar, seguro pensaron que era un escena de crimen, ya luego entre los dos me ayudaron a montarla al carro.

– ¿Luego qué pasó?

– Cuando yo iba manejando llamé al jefe de emergencias de ese momento y cuando llegamos estaba la sala de shock lista. Llamé a un compañero de vascular periférico porque como había un daño en la arteria, de una vez llamé a la jefa de sala de operaciones. En sala de shock le pusieron suero, ya le habían mandado a pedir sangre porque había perdido dos litros de sangre. A los dos minutos llegaron los médicos vasculares, la revisaron y dijeron que había que llevarla a cirugía sino se nos podía morir. La verdad es que Dios le está dando una segunda oportunidad.

La cirugía duró tres horas, le sellaron una de las tres arterias del pie, le repararon el músculo que se lo había cortado todo y le hicieron rafia (reparación) en el nervio. Ella no se quería despertar y hasta que yo le hablé respondió. Recuerdo que en sala de recuperación, como le bloquearon los nervios para que no tuviera dolor, lo primero que me dijo fue: ‘amor, dígame la verdad, ¿me quitaron mi piecito?’, porque ella no lo sentía.

– Estos días le ha tocado ser su doctor las 24 horas y el novio chineador a la vez. ¿Cómo ha hecho?

– Esta situación es de los dos y entre los dos nos hemos estado apoyando. Ella es muy fuerte, muy luchadora en toda la palabra. He sido camillero, el que la anda jalando, le curo las heridas, me ha tocado hacer hasta de psicólogo.

–¿Ya lograron reparar el vidrio de la casa?

– El viernes saqué vacaciones y llegó una cuadrilla, cambiaron los ventanales y pusieron vidrio laminado. Nati no sabe pero pasé a una tienda y compré una figuritas (estrellas doradas) para los nuevos ventanales para que ella no recuerde el feo episodio que pasó.

Dentro de dos semanas más o menos ya podrá regresar a la casa, es que yo no he que querido que esté sola.

Silvia Núñez

Silvia Núñez

Periodista de Espectáculos y Sucesos. Bachiller en periodismo de la Universidad Central desde el 2004. Labora en el Grupo Nación desde el 2013.

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