La ejecución prevista para este jueves en Oklahoma tomó un giro inesperado cuando el gobernador Kevin Stitt decidió frenar la pena de muerte del recluso Tremane Wood, condenado por un asesinato ocurrido en 2002. La orden se emitió minutos antes de que el interno recibiera la inyección letal en la Penitenciaría Estatal de McAlester.
Revisión de la Junta y decisión final
La Junta de Indultos y Libertad Condicional recomendó conmutar la sentencia tras una votación dividida. El mandatario estatal aceptó el criterio del organismo: “Tras una revisión exhaustiva de los hechos y una profunda reflexión, he decidido aceptar la recomendación de la Junta de Indultos y Libertad Condicional de conmutar la sentencia a cadena perpetua sin libertad condicional”, declaró Stitt. Wood, de 46 años, continuará ahora bajo cadena perpetua.
Un caso marcado por revelaciones familiares
El caso tomó notoriedad porque Jake Wood, hermano del condenado y también involucrado en el crimen de Ronnie Wipf, había confesado ser quien apuñaló a la víctima. Jake cumplía cadena perpetua hasta que se quitó la vida en prisión en 2019.
Otras ejecuciones previstas en el país
Mientras Oklahoma frenaba esta ejecución, otros estados avanzaron con las suyas. En Florida, Bryan Jennings, de 66 años, debía ser ejecutado por la violación y asesinato de una menor en 1979. En Carolina del Sur, Stephen Bryant, culpable de tres homicidios en 2004, enfrentaría un pelotón de fusilamiento.
Estados Unidos registra 41 ejecuciones este año, con métodos que incluyen la inyección letal, el fusilamiento y la hipoxia nitrogenada, esta última cuestionada por expertos de Naciones Unidas por considerarla un procedimiento inhumano. Actualmente, 23 estados han abolido la pena de muerte, mientras que otros mantienen moratorias.
“Esta nota fue hecha con ayuda de Inteligencia Artificial.


