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El día que la Unión Soviética derribó un avión y murieron 269 personas

El 1 de setiembre de 1983, el vuelo 007 de Korean Air ingresó por accidente en el espacio aéreo restringido de la Unión Soviética

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El 1 de setiembre  de 1983, el vuelo 007 de Korean Air ingresó por accidente en el espacio aéreo restringido de la Unión Soviética, fue identificado como un avión enemigo por las fuerzas locales y fue derribado. Murieron 269 personas.

Aquel desastre es considerado uno de los más importantes de la historia aeronáutica mundial.      

En la década de 1980, las relaciones entre Estados Unidos y la Unión Soviética atravesaban uno de los momentos de  mayor tensión de todo el siglo XX y la Guerra Fría continuaba.

El contexto de la época indica que, antes del desastre que implicó la destrucción del vuelo de Korean Air, la desconfianza entre ambas potencias mundiales era cada vez mayor 

Todo esto ayuda a entender el porqué de los acontecimientos sucedidos el 1 de setiembre de 1983.

El día anterior, el vuelo KAL 007  había partido desde Nueva York, Estados Unidos, hizo escala en Alaska y se disponía a viajar hacia Seúl, la capital de Corea del Sur.        

Un error a la hora de configurar el mando de piloto automático hizo que el Boeing 747-200 se desviara unos 500 kilómetros de la ruta original, lo cual lo llevó a entrar en territorio soviético restringido y fuera identificado como un avión espía.

Por esto mismo, los mandatarios de la Unión Soviética dieron la  orden de atacar y destruir. El saldo fue el de 269 muertos, entre pasajeros y tripulantes.        

El misterio de la caja negra

El derribo del avión fue criticado por la mayor parte del mundo; en simultáneo, las dos potencias se pusieron en movimiento para precisar las causas del desenlace trágico. 

Uno de los primeros asuntos que preocupó a ambas partes fue la  búsqueda de la caja negra , que permitiría definir con precisión lo ocurrido.             

La Unión Soviética la encontró antes que Estados Unidos y se negó a difundir la información  que contenía.

En 1991, con la llegada de Boris Yeltsin al poder de Rusia, los datos fueron compartidos y eso ayudó a esclarecer, en parte, la tragedia.        

De acuerdo a las investigaciones realizadas, se confirmó que el rumbo que tomó el avión fue establecido de forma accidental  y que los tripulantes no se dieron cuenta del error.        

Lo que también se determinó fue que el día anterior al ataque,  un avión espía estadounidense había estado volando sobre la misma zona.        

El derribo del avión coreano sigue siendo recordado como una de las mayores tragedias aéreas de la historia.

Desde entonces, cada 1 de setiembre se lo recuerda y también se honra la memoria de las víctimas.

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