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Influencers dejan las redes sociales para volver a trabajar en oficina, ¿por qué?

El brillo de las redes sociales ya no deslumbra como antes. Muchos creadores de contenido están regresando a los empleos tradicionales, cansados de la inestabilidad y del peso emocional que implica vivir de internet

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Una mujer deja su estudio de creadora de contenido para regresar al trabajo en oficina, reflejando la tendencia de influencers que buscan estabilidad y salud mental.
Una mujer deja su estudio de creadora de contenido para regresar al trabajo en oficina, reflejando la tendencia de influencers que buscan estabilidad y salud mental. (ChatGPT/ChatGPT)

Lo que hace unos años parecía el sueño ideal —vivir de las redes sociales— empieza a mostrar su lado más complejo. Cada vez más influencers brasileños están dejando el trabajo digital exclusivo para regresar al empleo formal, con horarios fijos, beneficios y estabilidad económica, según reporta Marie Claire, de O Globo.

La tendencia surge como respuesta a la inseguridad financiera, la presión constante y el desgaste emocional que genera depender del algoritmo para vivir.

Gabrielle decidió regresar a la oficina después de 1 año de ser influencer a tiempo completo.
Gabrielle decidió regresar a la oficina después de 1 año de ser influencer a tiempo completo. (Reprodução/ Instagram/Reprodução/ Instagram)

Gabrielle Gimenes, de 28 años, pasó casi un año dedicada por completo a la creación de contenido. Con más de 56 mil seguidores en TikTok, logró contratos con marcas, pero sus ingresos eran imprevisibles.

“Había meses que ganaba R$ 5 mil (unos 910 dólares) y otros en los que no recibía casi nada. No saber cuánto iba a ganar me generaba ansiedad”, contó a Marie Claire.

Además de la inestabilidad, Gabrielle extrañaba la rutina laboral y los beneficios del empleo formal: “Estar cerca de los 30 y sin seguridad concreta me hizo querer volver. No lo veo como retroceso, sino como aprendizaje”.

Hoy trabaja en una empresa y sigue produciendo contenido, pero como ingreso complementario.

Joven sigue creando contenido en sus perfiles como ingreso extra.
Joven sigue creando contenido en sus perfiles como ingreso extra. (Reprodução/ Instagram/Reprodução/ Instagram)

La ingeniera química Maíra Post Müller, de 31 años, también experimentó la montaña rusa digital. Después de perder su trabajo y sufrir un episodio de burnout, intentó vivir de su contenido, pero la falta de previsibilidad la llevó a volver al empleo fijo.

“Tenía meses que ganaba R$ 3 mil (545 dólares) y otros R$ 500 (90 dólares). Es imposible sostener una vida así. Tener un salario estable da mucha más tranquilidad”, explicó.

Maíra tiene más de 64 mil seguidores en TikTok.
Maíra tiene más de 64 mil seguidores en TikTok. (Reprodução/ Instagram/Reprodução/ Instagram)

Para la especialista en marketing de influencia Giulia Braide, fundadora de MESSS, este retorno al trabajo formal no significa el fin del mundo influencer, sino un síntoma de madurez del sector.

“La libertad de vivir de la propia imagen parece atractiva hasta que se entiende el peso emocional y financiero que conlleva convertirte en tu propio negocio”, señaló.

Braide destaca que las marcas son ahora más exigentes y que la saturación del mercado digital ha reducido el alcance orgánico y la monetización. “El esfuerzo no siempre se traduce en resultados. Muchos creadores se sienten agotados de tener que rendir constantemente”, añadió.

Según el reportaje de Marie Claire, la búsqueda de estabilidad no es señal de fracaso, sino de reevaluación de prioridades. La estabilidad, la rutina y el sentido de pertenencia vuelven a ser valores deseables después de años de exposición y volatilidad digital.

“Quizás el éxito hoy se mida más por la tranquilidad y la longevidad que por la fama o los números”, resume Braide.

*Esta nota fue hecha con ayuda de Inteligencia Artificial. La información fue tomada de Marie Claire, de O Globo, y revisada por un editor para asegurar su precisión.

O Globo

O Globo / Brasil / GDA

O Globo de Brasil fundado en 1925, con sede en Río de Janeiro. Forma parte del Grupo de Diarios América (GDA), un consorcio exclusivo integrado por periódicos independientes con más influencia en Latinoamérica.

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