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Las dos vitaminas clave para tener más energía y mantener una buena salud

La falta de ciertas vitaminas pueden causar síntomas como fatiga, irritabilidad y depresión

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En un mundo donde más de dos mil millones de personas padecen deficiencias vitamínicas, la importancia de consumir la cantidad adecuada de vitaminas es más crucial que nunca.

La Organización Mundial de la Salud ha emitido un comunicado resaltando dicha alarmante cifra, subrayando la indispensable necesidad de vitaminas para nuestra supervivencia.

Vitaminas. Foto: El Tiempo, GDA

Investigaciones realizadas en roedores han demostrado que, sin un suministro adecuado de ciertos nutrientes esenciales, incluidas las vitaminas A, D, el complejo B, C, E y K, incluso una dieta rica en glucosa y proteínas, no es suficiente para sostener la vida.

La licenciada en Nutrición, Valentina Martínez, en una entrevista con La Nación de Argentina, enfatiza cómo estos componentes son vitales para nuestra salud.

La cantidad precisa de vitaminas necesarias varía significativamente entre individuos, dependiendo de factores como la edad, el sexo, el estado de salud y el nivel de actividad física.

Existen guías generales conocidas como Ingestas Dietéticas de Referencia (IDR), que ofrecen una orientación sobre las necesidades diarias de vitaminas. Sin embargo, como señala el licenciado en Nutrición Matías Marchetti, estas recomendaciones pueden no aplicarse universalmente, subrayando la importancia de la consulta profesional para determinar las necesidades individuales.

Claves para una energía sostenida

Entre el amplio espectro de vitaminas, la vitamina C y el complejo B se destacan por su papel crítico en el mantenimiento de la salud y la energía.

Estas vitaminas son fundamentales para fortalecer el sistema inmunológico y convertir los alimentos en energía, ayudando a prevenir una variedad de condiciones que pueden comprometer nuestra calidad de vida.

Vitaminas. Foto: El Tiempo, GDA

La deficiencia en estas vitaminas puede manifestarse a través de síntomas como fatiga, irritabilidad y depresión, entre otros, lo que subraya su importancia en nuestra dieta diaria.

El complejo B, que incluye las vitaminas B1, B2, B3, B6, B9 y B12, juega un papel crucial en el metabolismo energético, la síntesis de glóbulos rojos, el crecimiento y el mantenimiento de tejidos y el sistema nervioso.

Cada una de estas vitaminas tiene una función específica pero todas contribuyen al buen funcionamiento general del organismo. Rinat Ratner, máster en Nutrición Clínica de la Universidad de Chile, destaca los síntomas de deficiencia del complejo B, que incluyen:

  1. Cansancio y/o debilidad muscular, dificultad para caminar, pérdida de la sensibilidad.
  2. Falta de apetito o vómitos.
  3. Pérdida de memoria, deficiencias cognitivas o confusión mental.
  4. Debilidad del sistema inmunológico.
  5. Cambios en el estado de ánimo.
  6. Lentitud de reflejos o disminución de la función del sistema nervioso.

Los alimentos ricos en vitaminas del complejo B abarcan una amplia gama, desde lácteos, huevos, carnes rojas y blancas, hasta mariscos, vegetales de hoja verde oscuro, cereales integrales y legumbres. Frutas como los cítricos, la banana y la sandía, así como productos de soja, también son excelentes fuentes de estas vitaminas esenciales.

La Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard resalta la importancia de incorporar estos alimentos en nuestra dieta para asegurar un adecuado aporte de vitaminas del complejo B.

La vitamina C, por otro lado, es reconocida por su papel como antioxidante y su importancia en el crecimiento y desarrollo.

La Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos y la Escuela de Medicina de Harvard enfatizan su capacidad para bloquear el daño de los radicales libres, reducir el riesgo de ciertos cánceres, proteger contra cataratas, y su papel en la producción de colágeno y neurotransmisores como la serotonina y la norepinefrina.

Vitaminas. Foto: El Tiempo, GDA

Los síntomas de deficiencia de vitamina C pueden incluir encías sangrantes, disminución de la capacidad para combatir infecciones, y una curación más lenta de las heridas, entre otros, lo que puede conducir a condiciones más graves como el escorbuto en poblaciones vulnerables.

Finalmente, los alimentos ricos en vitamina C, que van desde frutas y jugos cítricos hasta verduras como el brócoli y los morrones, son esenciales para satisfacer nuestras necesidades diarias.

Martínez subraya la importancia de moderar el consumo de estos alimentos para evitar excesos y asegurar una ingesta adecuada de vitamina C, esencial para nuestra salud y bienestar.

Con una atención cuidadosa a nuestra dieta y, cuando sea necesario, el uso de suplementos, podemos mitigar los riesgos asociados con la deficiencia de estas vitaminas esenciales.

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